A.

3 0 0
                                    


Asi que como un loco desesperado por mendigarle un gesto de cariño a ella, le compre un oso de felpa al dia siguiente. El mas grande que pude encontrar.


Mala idea pues, no se inmuto al verlo; sin embargo le dio un uso practico. El ocupaba ahora mi lugar en la cama. 

He caido tan bajo, mas bajo que cualquier hombre. Un oso gobernaba mi cama y yo dormia en la sala.


Oh Helena, si me abrazaras asi algun dia; caeria yo directo a tus pies, te concederia  cualquier capricho.

Lo frio que es adorarte.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 17, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora