capítulo 23. Placer

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Llegamos hasta casi la última clase que hay en el tercer piso, donde no quedaba absolutamente nadie en el piso.

Yo: ¿Que te pasa?

Cristian: ¿por qué llevas todo el día discutiendo con "tu amigo"?

Yo: no hagas esas comillas, es mi amigo de verdad, y no lo sé, está raro, cabreado todo el día.

Cristian: ¿crees que sabe algo?

Yo: no lo creo, pero si lo sospechara jamás diría nada a nadie, es mi amigo.

Cristian: ese comportamiento es de un chico celoso Laura.

Yo: puede que tenga celos, me lo ha dicho, pero es lógico, no quiere que nuestra relación cambie ahora que ha vuelto de Madrid después de 3 años.

Cristian: no creo que sea por eso, lo que el más desea es que vuestra relacion cambie.

Yo: ¿Que?

Cristian: no te mira como una amiga y mucho menos se comporta como si sólo fueses eso.

Yo: no sabes lo que estás diciendo.

Cristian: si lo sé, conozco nuestras reacciones a situaciones así.

Yo: no quiero hablar de esto.

Cristian: tan sólo dime, ¿Has sentido algo alguna vez por el? Que no sea amistad.

Yo: ¡no! Yo le veo como un hermano, y eso jamás cambiará, por favor Cristian, no me gusta verte así.

Sonríe y pone su cara de pícaro.

Cristian: ¿de verdad no te gusta?

Se acerca y tira de mi cintura hasta cogerme y sentarme en la mesa de profesor.

Yo: bueno... te ves sexy, no te lo niego.

Cristian: ¿ah si?

Me acerco a su cuello, le doy un beso y después le susurro al oído:

Yo: se ve usted muy sexy profesor.

Cristian: me estás volviendo loco.

Yo: ¿ah si?

Cristian: ¿quiere que se lo demuestre señorita moreno?

Me lo dice también mientras me besa el cuello.

Toda mi piel se eriza a lo que el reacciona sonriendo en mi oreja mientras mete su mano debajo de mi camiseta.

Para de subir y me mira.

Yo: ¿por qué paras?

Cristian: no me ha dicho si quiere que se lo demuestre.

Yo: ¿en serio? Por favor profesor, muestreme que tan loco le estoy volviendo.

Después de eso sonríe y yo me muerdo el labio.

Me besa, con pasión, nuestras lenguas juegan con ganas, mete las manos hasta mi sujetador, lo desabrocha, me muerde el labio, y después lleva sus manos a mis pechos.

Dios mio no pares.

Me coge con una mano uno de mis pechos lo aprieta suavemente y con la otra coge mi otro pezón jugando con el.

Amor.... ¿imposible? Profesor- Alumna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora