Capítulo 4

1.8K 60 2
                                    

PVO LAURA:

Al siguiente día me desperté por el sonido de la alarma, pero realmente no me sentía nada bien, cuando me levanté sentí un gran mareo.

Salva: hermanita, vas a llegar tarde a clase.

Dijo abriendo la puerta y entrando.

Yo: voo...

Mientras me volvía a intentar levantarme el mareo volvió a mi, me sujetó de la cintura y me volvió a meter en la cama.

Salva: ese golpe aun es reciente Laura, y estoy seguro que ayer te tiraste toda la tarde frente al ordenador y esta noche no has dormido casi nada ¿me confundo?

Yo: -suspiro- no, no te confundes, pero tengo que ir a clase.

Salva: no vas a ir a ningún lado, quédate en casa, ahora le digo a mamá que suba y te de una pastilla para que te calme el dolor que seguramente tienes y por hacerte la fuerte no dices.

Yo: idiota, odio que me conozcas tan bien.

Me da un beso en la frente mientras se va riéndose, al instante aparece mi madre con la pastilla, me la tomo y parece que me deja adormilada.

Al rato después escucho como se abre la puerta y a Pablo suspirando, no puedo abrir los ojos, el sueño me puede; entra hasta mi cama y me da un beso en la frente, y ahora es cuando abro los ojos y chocan con los suyos, agacha su cabeza y se va.

Odio esta situación, me ama y yo lo amo a el, somos unos hermanos que no tardan ni 2 horas en reconciliarse la pocas veces que se pelean.

No recuerdo nada mas porque me quedo dormida.

El sonido de mi movil me despierta, el maldito correo, no me lo puedo creer.

Cristian: buenas, ya me ha dicho tu hermano que estás en la cama, espero que te pongas bien pronto, solo te escribo para decirte que puedes enviarme mas tarde el trabajo, ya lo hice también con tu amiga claudia así que espero que las dos estéis bien, y ya sabes, las injusticias son cosas que se viven todos los días.

A veces este hombre me parece el chico mas tierno del mundo pero otras tantas el mas borde y serio.

Le contesto dándole las gracias y me vuelvo a dormir, si, las pastillas que me ha dado mi madre me han echo demasiado efecto.

Siento como alguien entra a la habitación, abro los ojos y le veo con los ojos rojos, y una profunda tristeza que nunca le había visto en su mirada.

Yo: Pablo...

Pablo: ¿será que mi hermana puede abrazarme?

Al verle así levanto un poco la sabana de mi cama, se tumba quitándose los zapatos y me abraza apoyándose en mi pecho.

Pablo: odio estar así contigo Laura, no puedo, es que no soy capaz.

Yo: a mi también me duele Pablo, te juro que me duele muchísimo esta situación.

Suspira y se queda unos minutos callado, llorando en silencio y sin que una sola lagrima salga de sus ojos.

Pablo: Laura, ¿será que podemos volver a ser los hermanos que siempre hemos sido?

Yo: esa pregunta la llevo esperando estos tres días...

Pablo: eso es un si ¿cierto?

Levanta la cabeza mirándome, sonrío y le abrazo.

Yo: claro que si Pablo.

Prefiero no sacar el tema "Andrea" es un tema que a mi no me incumbe, el algún día se dará cuenta, y yo estaré para apoyarle y animarle, no puede estar ciego toda su vida.

Amor.... ¿imposible? Profesor- Alumna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora