Un simple negocio

24. Hospital

*** Narra Lisa ***

Despierto con unas enormes ojeras en los ojos no pude dormir pensando en Liam y Ximena, en su traición.

Me doy un baño y después preparo el desayuno para Emma y para mi.

-Hola -me dice mientras me saluda de beso

-Buenos días, preparé el desayuno

-Por eso te amo -me dice con una gran sonrisa

-Lo se soy increíble- le digo jugando

-Eso no tiene duda -ambas reímos -¿Cómo dormiste?

-No dormí

-Se ve en tus ojeras y tus ojitos chiquitos por el cansancio

-Si, pero no me importa, iré a comprar cosas para preparar un pastel

-De chocolate -dice Emma emocionada

-Será de fresa

-Lisa -me mira suplicando

-Esta bien -ruedo los ojos mientras me río

-Iré con Peter y Noah, dentro de 1 hora

-De acuerdo, vete sin pendiente y recuerda lo que hablamos

-Si Lisa, prometo hacer las pases

-Perfecto

Terminamos de recoger, limpiamos todo, llevo a Emma al centro en donde se verá con Peter y Noah, mientras que yo me voy al supermercado a comprar lo necesario para el pastel de chocolate, para hacer después unas galletas y cupcakes también.

Entro y comienzo a llenar el carrito con todo lo que necesito, llego a la caja y pago.

Me voy al carro con las bolsas cargando. 

Comienzo a manejar regreso al departamento de Emma, me toca la luz roja del semáforo así que paro. Cambia a verde y avanzo pero de la nada sale un auto a toda velocidad golpeando en la parte lateral del coche.

Escuché el sonido del fuerte impacto, sentí como me golpeaba, como los cristales se estrellaban y los demás carros chocando contra nosotros.

De pronto mis ojos empezaron a pesar demasiado así que no tuve más remedio que cerrarlos y perderme en la oscuridad.

Comienzo a abrir los ojos lentamente, mi cabeza punza y la luz me cala la vista.  Vuelvo a abrirlos y comienzo a adaptarme a la luz después de varios parpadeos.

-Buenos días señorita Zender, ¿Cómo se siente? -me pregunta una señorita con vestimenta de enfermera

-Me duele la cabeza -mi voz sale en susurro

-Es normal, llamaré al doctor

Sale la chica y es cuando veo que estoy en una habitación de hospital, sobre una cama, con suero en las venas, un brazo enyesado, un collarín y una enorme gasa en la cabeza.

Suspiro y trato de recordar que fue lo que paso.

-¿Como se siente señorita Zender?

-Ahora que estoy consciente, terrible

-Claro entiendo, tuvo un accidente bastante feo

-¿Como están los del otro auto?

-No tuvieron tanta suerte como usted -apunta algo en unas hojas y después me mira -Dejaré que su familia pase

-¿Podría llamar a Noah por favor?

-Por supuesto

Le doy una media sonrisa y sale.