Capítulo Nueve
Dani no estaba segura de cómo había esperado que fueran los amigos de Dutch, pero
cuando éste le presentó a l.D., a Gabby Brettman y a Apollo Blain, la cara que puso debió
traicionarla
-¡Eh! -dijo Apollo, estrechándole la mano a Dani-. ¿Qué te había dicho, l.D.? Dani
esperaba que fuéramos como los soldados que aparecen en la portada de la revista
Mercenarios.
Dani se sonrojó y se echó a reír.
-Bueno, es que hasta ahora no había visto nunca a unos mercenarios profesionales. En
fin, por lo menos no esperaba veras con la ropa de camuflaje.
-Hombre, eso me supongo que no -replicó Apollo, soltando una risita.
Ella bajó los ojos tímidamente.
-Animales -dijo Dutch, abrazando a Dani por los hombros-. Debería daros vergüenza.
-Bueno, es que somos curiosos -intervino l.D.
-Claro que lo somos -le secundó Apollo-. Al fin y al cabo, hacía falta toda una mujer para
cazar a Dutch, ¿no os parece?
-Yo estoy completamente de acuerdo -repuso Gabby-.
Ven, Dani, échame una mano en la cocina mientras estos tres hablan de negocios. ..
-Creo que será lo mejor -dijo Dani-. Al menos sé distinguir mejor una patata de un
cogollo de lechuga que un AK-47 de un UZI. .
Dutch le sonrió cariñosamente.
-¿Qué puedo hacer? -preguntó Dani, entrando en la cocina con Gabby.
-Puedes contarme cómo lo has conseguido -exclamó Gabby con una sonrisa radiante-.
¡Dutch casado! ¡Sinceramente, l.D. y yo casi nos desmayamos al enteramos!
-Es. una larga historia _dijo Dani, sintiendo que tenía una amiga en Gabby-. No se trata
de amor, ya sabes -añadió, sentándose en una silla.
Gabby se la quedó mirando.
-Para ti sí lo es. Eso se ve. ¿Eres feliz Con él?
_Todo lo que se podía esperar. Es muy atento y cariñoso conmigo, y quiere tener el niño,
pero no me puede querer.
Gabby sirvió dos tazas de café y le tendió una a Dani. Luego miró el reloj del horno de
microondas y se sentó en la mesa junto a Dani. .
-¿Sabes lo de Melissa?
Dani supo instintivamente a quién se refería.
_La mujer que le abandonó.
Gabby asintió.
-Yo no debería saberlo, pero es que una vez que Dutch resultó malherido, le contó toda:
la historia al.D. Dutch no lo sabe. J,D. no se lo ha dicho. Esa mujer...
-Me lo ha contado todo -dijo Dani-. Se quedó deshecho cuando vio que yo estaba
embarazada.
-¿Sabías cuál era su trabajo cuando te casaste con él?
-No. Lo descubrí cuando unos hombres secuestraron el avión en. el que veníamos de
Méjico
-Qué manera tan curiosa de descubrirlo.
-Sí. Él pensó que podíamos intentarlo, llevando cada uno nuestra vida, pero yo no
acepté_ Preferí dejarle. Unas cuantas semanas después descubrí que estaba embarazada.
Dutch volvió...
-Me acuerdo de la primera vez que oí hablar de Dutch -dijo Gabby-. Martina, la hermana
de l.D., había sido secuestrada por unos terroristas y fuimos a Italia a ocupamos del resto.
Dutch era el mediador. l.D.no me lo presentó. Me explicó que Dutch Odiaba las mujeres.
-Eso me contó a mí -replicó Dani, sonriendo-. ¿Cuándo le conociste?
-En la boda, cuando me casé con l.D. No era en absoluto como yo me había esperado. Al
principio me ponía nerviosa cuando estaba con él. Después le fui conociendo... todo lo
que él deja que la gente le conozca.
Hizo una pausa y continuó:
--Me habló de ti la otra vez que estuvo aquí. Quería saber como me habría sentido yo si
hubiese estado embarazada y l.D no hubiese querido abandonar su antiguo trabajo. Yo me
eché a llorar.
-Ya he llorado bastante -dijq Dani-. No sé qué hacer.
Comprendo que no tengo derecho el pedirle que cambie su vida por mí. Pero no. puedo
vivir sabiendo lb que hace. Estoy loca por él, me moriría si le ocurriese algo.
-Eso es 10 que yo siento por l.D. -replicó Gabby-. Te envidio por lo del niño -añadió con
una melancólica sonrisa-.
l.D. y yo lo hemos intentado... Pero parece ser que no puedo quedarme embarazada. .
-Pues yo tengo una amiga que al principio no se quedaba embarazada -dijo Dani
acordándose de 'una amiga de otros tiempos-. Pero, a los cinco años de casarse tuvo
trillizos y, al año siguiente, mellizos..
-¡Qué perspectiva tan maravillosa!
-¿Qué es todo ese alboroto? -preguntó l.D abriendo la puerta de la cocina-.¿ Vamos a
cenar esta noche? -añadió, dirigiéndose a Gabby.
Ella se levantó y le dio un beso.
--Sí, claro que vamos a cenar, pozo sin fondo. Y nos estábamos riendo al hablar de unos
trillizos.
-¿Qué?
-Ya te lo contaré después. ¡Vamos a cenar!
Era tarde cuando Dani y Dutch llegaron al elegante apartamento que éste tenía cerca del
lago'. Ella no se había esperado tanto lujo, aquello era algo que subrayaba aún más la
diferencia que había entre cómo vivía cada uno. Durante la cena la conversación había
versado inevitablemente sobre los viejos tiempos y sobre camaradas, a quienes Dani no
conocía. Y después se habló del trabajo que Apollo le había ofrecido a Dutch, y Dani
escuchó atentamente mientras lo describían. No era tan peligroso como lo que había
estado haciendo hasta ahora, desde luego.
No había ni la mitad de riesgo. Tendría que acostumbrarse a ello, pensó y lo lograría si se
.10 proponía.
-No creo que pueda a acostumbrarme a un trabajo de oficina -le dijo Dutch, adivinando
sus pensamientos.
-Sí, ya lo sé.
-Pero lo voy a intentar -añadió él.
-Yo no te voy 'a pedir más. Me conformaré con lo que puedas darme. Me... queda muy
poco orgullo.
Suspiró profl1ndament_ y añadió:
-Me gustaría irme ya a la cama, Eric. Estoy muy cansada. -Sí, ha sido un día muy largo.
Puedes escoger el dormitorio que quieras. .
Dani se le quedó mirando y abrió la boca para decir algo, pero cambió de opinión y se
dio media vuelta. .
-Dani...
-¿Sí? -contestó ella sin volverse.
-Mi habitación es la primera puerta a la izquierda. La cama... es lo suficientemente
grande para los tres.
-Si no te importa... -murmuró ella con los ojos llenos de lágrimas importarme! -exclamó
Dutch, acercándose a ella y abrazándola.
La besó ansiosamente, devorándola.
-¿Ahora? -preguntó él con voz temblorosa.
-Ahora -gimió ella.
Dani se estremeció de alegría mientras él la cogía en brazos y la llevaba a su dormitorio.
Dos semanas después Dani tuvo que vo1ver a Greenville para una nueva revisión médica
y para contratar a alguien que ayudara a Harriett en la librería. Dutch volvió con ella,
aprovechando que era fin de semana. Pero tenía que ir a Chicago el lunes para asistir a un
congreso.
_No me gusta nada tener que dejarte así dijo Dutch, paseando la mirada por el
apartamento.
Dani se había convertido en una parte tan esencial de su vida que le resultaba extraño
separarse de ella.
Ella tampoco quería aquella separación, pero todavía no te
nía médico en Chicago, y además, quería asegurarse de cómo iba su embarazo.
-No te preocupes por mí -replicó, acompañándole a la puerta-. Estaré bien. Las noches se
me harán eternas, pero ya me las arreglaré -añadió en tono burlón.
Dutch no sonrió. Le acarició la mejilla. Era por el niño por lo que se sentía incómodo, se
dijo. Sólo por el niño
-Volveré pasado mañana. Pasaremos el restó de la semana aquí, poniendo las cosas en
orden. Dile a Harriett que he dicho que te cuide
-Sí -repuso Dani, sonriendo--. ¿No me das un beso de despedida? .
Él la atrajo hacia sí y le cubrió la boca con la suya. Era como volar, pensó cerrando los
ojos y saboreando sus labios. V0lar, flotar. Se le iba la cabeza. Por fin levantó la cabeza y
observó su mirada de adoración. Ahora ya no le molestaba aquella expresión. Quizá es
que se había acostumbrado a ello.
-Pórtate bien -le dijo--. Y ten cuidado con esos escalones, ¿vale?
-Vale. Adiós.
-Adiós.
Le acarició el pelo y se marchó. Dani cerró la puerta y entonces se dio cuenta de que no
se había sentido tan sola desde que sus padres la abandonaron.
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Serie Soldados De La Fortuna
RomantikSerie de soldados de la fortuna en un mismo libro todas las historias #1 Misterio pasado #2 unas locas vacaciones #3 enamorada #4 corazones secuestrados #5 un momento de locura #6 el último mercenario Ojo estas historias no son mías son de auto...