Te extraño, mi amor.

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Después de una larga espera,

me voy ya por fin de pase.

Parezco una calavera,

espero más no adelgace.

Y sí, la comida es buena,

mas me ataca la ansiedad

y me recomen la pena,

la nostalgia y la impiedad.

Pero me regreso a casa,

a mis padres podré ver.

Los saludaré: —¡Qué pasa!—.

Voy a mi hermana a morder.

Tiraré de sus cabellos,

asustaré a mis mascotas:

mis cuatro gatos, tan bellos,

y mis perros de almas rotas.

Mi loro repetirá

El mismo "co co" de antes.

Nunca a hablar aprenderá.

—Ten cuidado no lo espantes.

Pero lo que más extraño

es mi camita querida.

Después de darme un buen baño

caeré sobre ella rendida.

Le recordaré: —Te amo,

nunca te abandonaré,

y si un día lejos nos vamos,

no te angusties, volveré.

Hastío Laboral ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora