¡Eres la nueva!

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“Mi amor, como sabes estos viajes de negocios no son de ayuda para que construyamos una relación estable madre e hija, pero sabes que yo te adoro con mi alma, sabes que estaré llamándote y espero que esta carta te haga sentir que estoy cerca, muy cerca de ti, nena, sé que aun tienes problemas para aceptar a tu tío, yo también los tengo, créeme, pero recuerda lo que te enseñe, haz una lista mental de las personas que crees que han sido injustas, tu sabes que todo lo malo de devuelve, puedes repetir sus nombres y esperar a que todo lo malo que han hecho se devuelva, nena, tu sabes que mi lista cada vez va disminuyendo, jajaja, bueno, espero que este cambio te sirva y respondas a la petición de tu padre, desde aquí mucho amor para ti.

Nora. ’’

Ah Nora... Querida madre mía siempre me recomiendas hacer esa lista.

Pero qué idea más tonta, estoy segura de que esto no pasara, si tu lista se ha disminuido es por que verdaderamente lo malo se devuelve a la persona que efectuó el acto, pero no por que hayas repetido su nombre antes de dormir, ¡eso no es sano!, siempre que recuerdo su nombre siento que hierve mi sangre y se junta en mi cabeza para bombear y bombear, si lo repito más de tres veces estoy segura que voy a explotar…

No había sufrido la pérdida de mis vacaciones hasta el momento en que me puse el uniforme y vi la insignia a través del espejo, estaba caminando despreocupada, con la poca emoción que el primer día me producía ¿Debía estar emocionada por esto? Estoy caminando hacia el lugar en que toman mi libertad por unas horas e introducen conocimientos en mi cerebro ¿Eso debería hacerme feliz? Bueno, amo aprender y hacer este tipo de cosas, pero esto es parecido a un tipo de presión. Mi mochila está más pesada de lo que debería en un primer día con pocas horas de clases, pero era inevitable llevar uno de los pesados libros que mi padre me había heredado, ojala la biblioteca tenga un rincón especial para mí en el cual me pueda aislar en los recesos.

Ya había llegado, el instituto de verdad era grande, el gran portón se abría para recibir a los alumnos que ahí cursaban, tenía un antejardín, por dios que irreal, y un sendero vacío como una especie de camino que dirige hacia la puerta de lo que sería mi nuevo establecimiento escolar, hice rodar los ojos, de verdad me estoy asustando por mi falta de interés, pero era inevitable, al entrar mi único interés era encontrar por el pasillo mi salón correspondiente, mientras miraba hacia arriba el balcón del segundo piso en el que se podía ver a sus alrededores personas conversando, riendo, y todo esto se mezclaba en un ruido espantoso que torturaba mis oídos, al encontrar el salón ya había personas ahí, me di cuenta que sus miradas se posaban en mí y no pude evitar sentirme intimidada, camine hacia el último puesto cercano a la ventana y me encogí en este, mientras acomodaba mi castaño cabello que caía sobre mis hombros, podía escuchar sus murmuros “Mira al parecer es nueva” “Viste sus ojos! ¡Son miel y su cabello castaño claro!” “Tiene pinta de no tener muchos amigos” “Ajh no sé, es una tipa más en el mundo, seguramente quiere dar reputación de ‘’Mírenme soy solitaria... qué pena...’’ es una forma más de llamar la atención”

Se equivocan, esa chica pelirroja y de ojos verdes que me mira con un odio como si me conociera de toda la vida se equivoca, todo lo contrario, no quiero llamar la atención para nada, no quiero dar reputación, de hecho odio ser llamada “la nueva”, evite su mirada por completo hasta el momento en que llego la profesora, tenía cara de primer día, y con eso me refiero a emoción, esta despejada y parece como si en su vida no influyera ningún problema como un montón de adolescentes revoltosos… seguramente esa cara cambiara en un mes más cuando comiencen las malas notas, las anotaciones, las faltas, siempre es lo mismo, todos empezaron a guardar silencio y sentarse en su lugar aportando orden al salón, suspire pesadamente.

-Bienvenidos a su primer día de clases, es un honor tenerlos de nuevo a mi cargo, y bueno, este es el último año de secundaria…que nostalgia… recuerdo cuando estaba sentada en esos asientos mirando a la profesora que nos exigía notas y buenos rendimientos, recuerdo las mariposas en el estómago que sentí cuando entre a la universidad.-

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