CAPÍTULO 9

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Tal como lo prometió, Mino se encontraba frente a la puerta de Jinwoo, algo indeciso. Se sentía demasiado ansioso. Últimamente todo estaba pasando tan rápido que no sabía lo que sentía verdaderamente por el mayor, pero sin duda era algo que no dejaba de crecer en su interior. Y quería averiguarlo, porque aquello lo inquietaba demasiado.

Dudó un momento antes de golpear un par de veces la puerta, sí, pese a que podía entrar con la seguridad de que un seguro se lo impidiera era un acto que había comenzado a emplear, por Jinwoo. "Pasa" escuchó del otro lado de la puerta y respiro antes de entrar. Una vez dentro, sus ojos se abrieron desmesuradamente, se encontraba frente a él, sentado en la cama, Jinwoo no se había encerrado en el baño esa vez. El chico le sonrió y sintió como su corazón se detuvo por un micro segundo. Sintió flotar al ver la belleza del mayor, no lo recordaba así, radiante, sus ojos como los de un ciervo, y su bella sonrisa, inmediatamente quedó cautivado. En ese momento se dio cuenta de que Jinwoo le gustaba.

Continuó parado en el mismo lugar, cual poste de luz, pero el más bajo lo llamo para que tomara asiento frente a él, entonces despertó de su ensoñación.

— ¿Qué- qué haces aquí? Quiero decir, ¿no estás incomodo? — Cuestionó el moreno sentándose en el lugar indicado. — ¿Estás bien?

—Está bien, — contesto tímidamente el castaño — todo está bien, tranquilo — terminó mirándolo directamente. Algo en el mayor lo había cautivado del más alto y no entendía que era. Ambos sonrieron.

Continuaron la tarde charlando y conociéndose mucho más de lo que lo habían estado haciendo los últimos días, no sabían como pero el tiempo pasaba demasiado rápido cuando conversaban, como si el tiempo no alcanzara. Y extrañamente ambos se sentían en paz con la compañía contraria. Era algo que no podían explicar.

Mino sentía que su estómago daba vueltas cuando veía la deslumbrante sonrisa del más blanco, era perfecta a su ver. Mientras Jinwoo no podía explicarse porque sentía lo que pareciera dependencia al moreno, no lograba comprenderlo, se supondría que debía odiarlo, lo había violado después de todo ¿no? ¿Qué era aquello? No lograba comprenderlo, pero sin lugar a dudas se sentía bien, y no quería dejar de sentirlo, no pronto.

Comieron juntos, y continuaron charlando el resto de la tarde, como si fueran dos amigos que tenían mucho tiempo de no verse e intentaran recuperar todo el tiempo perdido.

Inesperadamente, los siguientes días se volvieron del mismo modo, sin que se percataran, y ambos lo disfrutaban cada día más, esperando ansiosamente por poder charlar con el contrario, sobre cualquier cosa, el punto era verse.

Ante la inesperada llamada de Junhoe, Mino se encontraba frente a la puerta de la oficina del mencionado, Rosé le había indicado unos segundos atrás que podía entrar, pero su cuerpo se paralizó antes de llamar a la puerta. Tenía miedo acerca de lo que Junhoe quería decirle, usualmente nada de lo que el azabache tuviera para decirle era bueno; lo había comprobado cuando lo encargo de Jinwoo. Aunque si lo pensaba bien, gracias a eso ahora pudo conocer al chico. Alejando esos pensamientos de su cabeza, se armó de valor y llamó a la puerta.

—Ah, Mino — exclamó el más alto — realmente necesitaba verte, es urgente. — Se explicó al moreno antes de que pudiera siquiera tomar asiento.

— ¿Ocurre algo?

—De hecho si, — espetó rápidamente — me temo que no logramos contactar a los secuestradores del X-002, por lo que tendremos que deshacernos de él. — Sintió como todo su cuerpo se paralizó y como aquella nueva información lo golpeaba fuertemente. X-002, Jinwoo. De repente todo su mundo comenzó a caerse a su alrededor y sintió el aire le faltaba, como si no pudiera respirar. ¿Por qué era que le afectaba tanto?

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