CAPÍTULO 11

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El siguiente día se levantó un poco cansado. No había tomado lo suficiente como para que pudiera ser resaca, pero sin duda alguna había sido agradable y eso lo hacía sentir extraño. Se levantó y dirigió permitiendo que los recuerdos de la noche anterior lo atacarán.

Y es que aún no podía comprender como había hecho para disimular tan bien luego de que Junhoe lo presentara como su novio. Quería pensar que no fue el tacto de Junhoe, pero algo dentro de él le decía que pese haberlo puesto más nervioso, le había ayudado a calmarse. Aún recuerda la expresión de la señora Lee, sus ojos se habían vuelto brillantes y había envuelto en un enorme abrazo al más bajo.

Charlaron durante toda la noche, e intentó pasar como el novio de Junhoe con todos los presentes, porque parecía que todo el lugar había escuchado el anuncio del pelinegro. Ahora que lo analizaba no había resultado tan desastroso, incluso se divirtió con la compañía del más alto. Y eso lo preocupaba. ¿No odiaba a Junhoe? ¿Cómo podía haberse divertido con él? No lo entendía, era lo que lo mantenía pensativo. Y si lo pensaba detenidamente, pudo ver el Junhoe del cual había escuchado hablar, más abierto, más él.

El regreso a casa fue mucho más sencillo de lo que creyó, y aunque se había formado un silencio agudo, era relajado. Las últimas palabras que le dijo antes de bajar del auto habían sido: "gracias por lo de hoy, acompañarme, fingir conmigo y eso... de verdad." ¡Y no podía creerlo! El mismísimo Koo Junhoe le había agradecido de corazón algo, a él.

Sin duda alguna aquella sería una de sus noches más extrañas, en el buen sentido. Y aquello lo inquietaba. No sabía lo que era, pero había algo, algo que no lograba comprender, tenía curiosidad y a la vez tenía miedo.

Negó saliendo de la ducha listo para vestirse, los fines de semanas eran los días más cargados de trabajo para él, siempre tenía citas para follar, como él las llamaba.

Salió de su habitación y miró un grupito de personas en la sala de estar y se acercó, pudo reconocer rápidamente a Taehyun y Chanwoo, mientras un chico alto y blanquecino leía lo que parecía una carta, sin intención comenzó a escuchar.

"... No es un escape fugitivo, es una decisión tomada por ambos. Lo amo Yoon. Él me quiere, ¿puedes creerlo? No te preocupes por Junhoe, debió recibir una carta parecida a esta en su oficina. Huiremos a un lugar lejano, comenzaremos de cero, conseguiré un trabajo digno y pagaremos una renta mensual. Gracias por todo, en serio, tal vez algún día me ponga en contacto. Mino." — El chico que ahora suponía ser Yoon, terminó alzando la vista mirando a todos.

—Eso quiere decir que huyeron. — Comentó el chico que aún no conocía su nombre. — El muy hijo de puta es un suertudo.

—Es lo más romántico que voy a encontrar aquí — admitió Nam mirando a Seungyoon.

¿Aquello era posible incluso en un lugar como aquel? ¿Una verdadera historia de amor? Sintió algo en su pecho que de nueva cuenta no supo descifrar y se sintió frustrado. Caminó por los pasillos del lugar alejándose; aún se sentía extraño y pensó que necesitaba calmarse, al final de cuentas sería la primera y última vez que iría a una de esas cenas con el más alto ¿no?

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— ¿Cómo te fue en su cita galán? — Se burló Junhoe al ver a su amigo entrar con cara de idiota, este sólo gruño.

—Cállate.

—Amigo, tu cara dice "soy un idiota enamorado." ¿Te puso el culo a la primera? — Hanbin lo fulminó con la mirada.

—Tú eres el idiota. No hicimos nada, por primera vez en la vida tuve una cita real, sin terminar debajo de alguien. — Contestó cruzándose de brazos fingiendo superioridad.

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