Capítulo 20: Puntos de vista - Segunda parte

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Por segundo año, Los tigres de Hasetsu y Los nuevos nacientes de Tokyo se juntaron unos días antes del festival de verano para luego asistir todos juntos.

Si bien, ambas bandas se dividían en sub-grupos, normalmente llegaban todos juntos y se mantenían en contacto. Yurio le había dado el día “libre” a sus muchachos, por lo que podían abandonar las tareas que les habían dado, la cual era vigilar a Christophe Giacometti y sus cercanos, para hacer lo que quisieran sin tener que rendir cuentas.

Como era de costumbre, los líderes de ambas bandas se pasearon juntos en el festival, seguidos por la mano derecha del rubio y su novia. Si bien a Yurio no le agradaba la compañía de JJ e Isabella, el hecho de haber dejado libre albedrío a los suyos no le permitía reprochar dicho actuar del canadiense. JJ aún no confiaba totalmente en el kazajo, además de sentirse desplazado cada vez que estaba de visita, por lo que le importaba mantener su presencia cerca del líder de la banda.

A pensar de que Otabek era mayor y más alto que él, al ruso le asombraba la preocupada y desinhibida personalidad del moreno. Usaba una masculina yukata de color azul marino con un diseño bastante tradicional dejando ver parte de su torso desnudo, además de que convenció al ruso de usar una también, aunque Yurio prefería ocuparla con la parte superior hacia abajo dejando ver una playera negra con un gran tigre estampado en ella.

Pasaron por varios puestos jugando algunos juegos tradicionales, donde el kazajo tenía bastante habilidad, contrario al canadiense que les acompañaba y terminaba compitiendo casi en todo contra el citadino, aunque por desgracia con menos suerte.

-¡Jean, vamos a orar antes de los fuegos artificiales!

Isabella jalaba del brazo a su novio señalando el templo que se veía a la distancia.

-Suena bien, ¿Qué opinan, Yurio, Otabek? -consultó el canadiense mirando hacia atrás a los otros.

-Paso -Dijo el rubio mostrando su lengua.

-Yuri -Le miró serio Otabek- es importante rendir respeto al Dios del templo, ¿qué otro sentido tiene la festividad? Yo iré -Respondió Otabek al canadiense.

Yurio sintió un poco de vergüenza al sentirse reprendido, y mirando hacia otro lado dijo “iré” mientras seguía al grupo que se dirigía hacia el templo, aunque de mala gana.

Cerca de la entrada más próxima, Yuri se detuvo por inercia en un puesto donde vendían máscaras de diferentes motivos. El kazajo que iba unos pasos más adelantes notó que el rubio se había detenido y, dejando que la pareja siguientes avanzando, retrocedió un poco hasta llegar al lado del menor.

-¿Quieres comprarla? -Le preguntó el moreno cuando vió que Yuri tomaba una máscara de zorro blanco en sus manos.

-No… -Respondió devolviéndola en su lugar y retomando su camino- Sólo recordé a Victor, le gustaban esas estupideces.

-¿Aún no sabes nada de él?

-Se supone que está en Rusia, mis tíos usaron su poder político para comenzar a mover policías en San Petersburgo y Moscú, pero aún ni siquiera hemos comprobado que sea verdad que salió de Japón. -El rubio miraba hacia el horizonte con la vista perdida- Las cámaras de seguridad y lista de pasajeros, ha pasado tanto tiempo que se hacen difíciles de revisar.

-¿No ha vuelto a llamar?

-¿A Chris? No… es como si supiera que estamos esperando esa llamada.

Caminaron unos segundos el silencio. La verdad es que Yuri prefería no hablar del tema, si bien era bastante normal que el kazajo quisiera ponerse al día con la investigación, le era difícil hablar sin sentir tristeza y culpa por la desaparición de Victor.

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