9 de octubre

20 6 7
                                    

Te dejé abandonada ayer, Katy, lo siento. No me apetecía escribir, pero te contaré lo que pasó y lo que ha pasado hasta ahora.

Ayer, 8 de octubre, Milly Mccarthy estaba jugando con un encendedor bajo los escalones del gimnasio. Muy mal escondite, si me dejas decir.

Tenía un cigarro en medio de los labios, haciéndose la ruda, pero estaba más apagado que mi vida amorosa (tristemente, estoy más sola que señora con 50 gatos; ella al menos tiene gatos).

Milly tiene problemas en casa. Lo sé. Ella era mi amiga, antes de que rapara la mitad de su cabello y el resto, lo pintara de rosa brillante.

Su padre le pega. A ella, a su madre y a sus hermanos. Su padre fuma e ínsita a que fumen. Ella tiene miedo. Tiene miedo de hacer lo mismo porque él apaga los cigarrillos en los brazos de sus hermanos. Por eso no lo enciende.

Me dolía verla así. Su cabello era bello, tenía un brillo natural que hacía que estuviera celosa. Era castaño.

Mi cabello es rubio, me llega hasta un poco más abajo que los hombros. Sólo quería decirlo, Katy.

Mccarthy tiene un novio. "Paquetería Hap" le dicen. No porque tenga un gran miembro ni mucho menos. Es porque siempre tiene paquetes llenos de vete tú a saber qué. Algunos dicen que son dedos humanos, otros marihuana, Louis dice que su hombría (Louis es gracioso, por eso es mi amigo). Milly sabe. Yo sé que sí. Él la ama tanto que se lo diría... Ella no lo quiere, o eso creo, está con él porque necesita amor, pero no porque lo ame.

Como sea, continúo contando:

Mientras estábamos en la clase (en la hora en que normalmente todos están dentro del salón), me entraron las ganas de ir al baño. Dentro de un separador, se podían escuchar gemidos, llantos. Normalmente no haría mucho caso, podría ser sólo alguien que le rompieron el corazón o algo por el estilo pero, Katy, yo reconocía el llanto, la voz.

Era Milly. Golpeé la puerta con la parte del dedo en que se unen la falange medial y la falange proximal (¿qué puedo decirte? Siempre me gustó la clase de ciencias).

—Hey— Solté con un tono suave, esperando que me escuchara–, ¿Mccarthy? ¿Eres tú? Soy Jameela Beckham— No sabía que decir; era la primera vez que me metía a una situación o le daba tanta importancia al llanto de alguien— Ehm... ¿Puedo pasar?

Ella me gritó que me alejara. Lo hice. Suena idiota, pero lo hice.

Ella ya no era mi amiga, ¿qué se supone que hiciese? Pero, sé que fue un grave error que cometí.

Bueno, Katy, cambiaré de día. Vamos a hoy.

Milly Mccarthy no se presentó a clase. Louis tampoco, me ha abandonado cruelmente.

No me malintérpretes, Katy, tengo a Carla y Marcus, no estoy sola. Pero, ellos están saliendo, así que tendré que pasar viendo como se comen los labios mientras me siento sola con mi soledad (Suena tonta la frase, pero es sacada de una canción). Quiero, necesito a Louis.

Es mi bebé, bebito, bebo. Lo amo homosexualmente.

Diario de un espectadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora