CAPÍTULO IV

3 0 0
                                    

Intenté volver a llevar mi vida a la normalidad, o al menos a lo que yo conocía. Pero no era tan fácil, pues las personas te tienen lástima y sólo vuelven todo más difícil. Realmente yo era como un fantasma, no me importaba nada ni nadie, y no sé porqué, pues yo no era así. Cada día volvía a caminar a donde creía que era el edificio de dónde había salido, pero cada día era lo mismo, conseguir sólo más y más dudas.
-Vanessa- dijo mi mamá mientras cenábamos
-Mande- dije con la boca algo llena
-Ya pasó un mes de que regresaste, y...-
-¿Y qué?- contesté
-Ya deberías decirnos aunque sea algo, para poderte ayudar- dijo con un tono de voz algo forzado
-Ya te dije que no recuerdo nada- dije en cambio con un tono molesto, puesto que me habían preguntado esto más de 10 veces
-Vanessa, sabes que no es así- intervino mi papá
-Bueno, si no me creen- dije al mismo tiempo que me levantaba de la mesa - pues qué se le va a hacer-
Corriendo fuí a mi recámara y llené una mochila con lo más básico, y me paré enfrente del comedor, viendo fijamente a mis padres y a mi hermano
-Llevo un tiempo pensando en esto- comencé a decir, y al notar que todos seguían viéndome en silencio seguí hablando - y bueno, creo que debo salir y buscar respuestas-
-No te queremos perder de nuevo- comenzó a decir mamá, y mi papá la interrumpió para decir -pero también creemos que eso es lo que debes hacer-
Jake sólo bajó la mirada, se levantó y me dio un fuerte abrazo.
Luego salí al frío de la calle, sintiendo tan pronto como salí el aire que alborotaba mi cabello. La ciudad estaba desierta.
No sabía a dónde iba, pero mis pies me estaban llevando a algún lado.
Cuando llevaba un buen rato caminando, me percaté de que estaba en un viejo callejón, muy feo a decir verdad. Me senté sobre una caja que estaba ahí a descansar un poco, pues a pesar de todo, se sentía tranquilo.
-Así que volviste- oí que decía una voz
-Así es- contesté tratando que no se notara el pánico en mi voz
-Vanessa, Vanessa, ¿no te vasta con una vez? Debiste seguir tu camino, tu vida, olvidar todo esto. Pero no lo has hecho- dijo la voz
-Pues que te digo. Desde pequeña soy terca- contesté algo molesta
-Pues bienvenida de nuevo al juego; Nos alegra que estés de vuelta...nadie es tan tonto como para volver-
-¿Nos alegra? Así que son varios- ja, al fin algo
-Nos haces sentir alagados con saber que no recuerdas nada-
-Eso piensas tú- y tristemente era la realidad
-Yo se la verdad- dijo la voz, y en ese momento salieron las dos mujeres que recordaba del edificio. Sabían que iría, sabían todos mis pasos.
Antes de poder salir corriendo, salieron de todos lados muchas personas atándome, dejándome completamente indefensa. Y ahí estaba de nuevo, siendo un títere de los demás.

IRRECONOCIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora