CAPÍTULO VI

0 0 0
                                    

Ya estaba harta de la situación, puesto que no ocurría nada. Cuando despertaba ya tenía la comida ahí y era lo único; hasta eso no me puedo quejar de ella, era aceptable.
Por fin se abrió una puerta que no había visto y la luz llenó la habitación. Mis ojos se cerraron automáticamente ante la presencia de tanta iluminación.
Luego, pude percibir las siluetas de las mujeres.
-Bueno, ha sido suficiente- dije molesta
-Tú sola te metiste de nuevo- contestó la más joven
-Sabían que lo haría, ¿o no?- grité
-Jaja, que niña tan lista- respondió la otra
-Bueno, ¿me pueden decir lo que procede?- dije yo
-Mañana empezamos. Ojalá estés lista- contestó fríamente la más grande
-Más lista no puedo estar- y lo dije con un tono realmente seguro, pues quería demostrar que no me intimidaban en absoluto
-Hasta mañana- dijeron entre risas ambas mujeres
Y yo, me quedé de nuevo en la obscuridad, planificando los pasos que seguían.

IRRECONOCIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora