CAPÍTULO VII

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Cuando desperté, por primera vez en mucho tiempo vi la asombrosa luz del día. Automáticamente el calor del sol me quemó. Me levanté para intentar ubicarme, y para mi sorpresa, estaba en un hermoso campo, lleno de flores. A la distancia podía ver un viejo molino, pero que a pesar de lo desgastado, contrastaba a la perfección. No quedaba muy lejos de mi, así que comencé a caminar hacia él.
No había nadie alrededor; cuando crucé el umbral del molino, vi que solamente había un libro sobre una mesa de madera, muy rústica.
Lo tomé entre mis manos y sacudí el polvo que lo llenaba. Sobre la portada, se leía el siguiente título: "Recetas Caseras". Lo abrí y sólo pude ver anotaciones sobre papeles amarillentos, con títulos sobre alimentos, y cada uno con una pequeña imagen al lado. Hojeé el libro unas tres veces y no encontraba nada. Ninguna pista de que hacer, de que seguía.
Algo desesperada, aventé el libro al piso. Un rayo del sol iluminó la portada, y esta vez lo pude ver. Con unas letras doradas, decía un texto. "Pasos para tu supervivencia". Un título algo dramático diría yo. Intenté ver si lograba leer más con aquel rayo. Pero fuera del título, todo seguía igual.
Tomé el libro bajo mis brazos y salí del molino. Algo había cambiado en el ambiente, pero no entendía qué. Comencé a caminar en dirección a unos árboles. Cuando me adentré ahí, vi que era un bosque, con árboles exageradamente altos, casi irreales. Escuché que cerca había un cuerpo de agua, y guiándome por el sonido, llegué a una pequeña cascada que creaba un río. Me acerqué para ver el agua con claridad, pero al hacerlo, el libro cayó y se comenzó a hundir. Solté una pequeña maldición para mis adentros. Estaba consiente de que esa era mi única salida, así que sin pensarlo dos veces me sumergí en la claridad del agua. Sentí de impacto lo fría que estaba, pero a la vez me dieron ganas de nadar hasta lo más profundo para conocerlo. Vi que el libro no me quedaba muy lejos, así que nadé con más fuerza hasta que lo alcancé. Pensaba que el libro estaría deshecho, pero para mi sorpresa, no lo estaba. Aún así salí del agua para verificar. Me senté en una roca cercana y al abrir el libro me encontré todo en perfecto estado, pero además un mensaje en letras plateadas que se encontraba sobre una hoja de una receta de papas rellenas. El mensaje decía: "Cruzando el agua, no mueres ahogada". Ciertamente no tenía nada de sentido para mí, así que me di a la tarea de explorar los alrededores. Pasó un buen rato y el buen día que había se torno gris, y en cuanto comenzó a llover quedé empapada. El sitio comenzó a inundarse y los árboles a caerse, haciendo muy posible una muerte. Ya consciente de que no debía permanecer ahí puesto que el agua me cubría, nadé hacia la cascada y me sumergí todo lo que pude. Fue impresionante lo que me esperaba.

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