¿Que me estas haciendo?

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— Bill por favor tranquilízate. — Estoy asustada no puedo con esto, mi pecho late al mil por hora, late tan fuerte que temo que puedo escucharlo.

— ¿Tranquilizarme? — Su mirada pasa del suelo hacia mi y puedo notar sus ojos obscurecidos en ese momento siento mis piernas flanquear pero trato de que no se note — Te lo advertí Mila, te lo dije — Su voz se oía mas ronca de lo normal.

— Clay no hizo nada ¿si? Sabes que no me gusta. Por favor Bill no hagas una estupidez. — Lo miró fijamente esperando una reacción de su parte pero parece que se está tomando su tiempo para soltar lo que tiene.

— No lo defiendas Mila. Se las intensiones que tiene ese bastardo contigo y no voy a permitirlo. Tú eres mía y solo mía. —

Mi corazón se estruja con fuerza al escuchar esas palabras salir de su boca.

— Tu y yo no somos nada. — Noto como su mandíbula se aprieta y temo que la pueda romper.

Bill deja de estar estático en su lugar y comienza a dar pasos en mi dirección mientras que no para ni un segundo en posar su mirada sobre mi.

— Si. Si lo somos. — Estaba tan cerca que invadía mi espacio vital, podía sentir el calor que emitía su cuerpo, su rostro se acercó más a mi y pude notar el olor a crema de afeitar y loción.

— Bill... basta. — Su respiración pesada y caliente chocaba en mi cuello.

— Se que no quieres que pare. — Una parte de mí decía que me alejara de él en ese instante quería salir corriendo pero la otra quería quedarse ahí sintiendo sus caricias.

— ¿Que me estás haciendo? — Solté casi en un susurro.

— Nada comparado a lo que tú me estás haciendo. —En ese momento no resistí más y coloqué mis manos en su nuca para acercarlo a mi y juntar nuestros labios en un beso lento y necesitado.

Bill me tomo de las caderas y me pego con fuerza a él rompiendo con la poca distancia que se encontraba entre nosotros.

— No puedo perderte Mila. Eres mía. — Su voz enronquecida chica con mis labios.

— De acuerdo — Y de nuevo nuestros labios se unieron. Lo acercaba más a mi para sentirlo más cerca, para sentir ese calor que emana su cuerpo.
Todo empezó a subir de tono cuando de repente algo hace que nos separemos de golpe.

Mi celular.

Lleve mis manos a mi bolsillo trasero y lo tomé. Vi que decía Clay en la pantalla.
Oh no.

— ¿B-Bueno? — Uno... dos... tres segundos pasaron y nadie respondía. — Clay háblame — Al decir ese nombre los hijos de Bill fueron hacia mi y puede notar la tensión y en enojo en sus ojos. Todo el lucia furioso.

— !Clay! — Volví a decir por micrófono entre mis manos.

— Mila ¿estás bien? Yo no quise que Bill se enojara contigo. —

— Estoy bien Clay... no te preocupes. Solo no te acerques a él en un tiempo, está furioso. —

— Okey... de acuerdo solo cuídate ¿si? —

— Si Clay... adiós — Sin esperar a que dijera otra cosa colgué.

Guarde mi teléfono en mi bolsillo y mire a Bill.

— Bill... — Solo estaba parado observándome.

No se como saldré de esta...

Istvan (One Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora