4.

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Chloé.

¿Alguna vez les ha pasado, que has estado ignorando un detalle de tu vida y que cuando te das cuenta, lo ves por todas partes?

Pues eso me ha sucedido, antes yo no me daba cuenta de los inútiles con quien compartía las clases, pero ahora ese pintor de pacotilla no deja de aparecer.

Primero con sus miradas nada sutiles que ya me tienen harta.

¿Es que acaso no puede centrar su mirada en alguna otra patética existencia justo igual a él? 

Debo admitir que al principio fue un poco alagador, pero después de un par de semanas esto ya es intratable, raya el acoso.

Después con ese tonto trabajo que nos mandaron en literatura. Lo bueno es que Sabrina estará conmigo pero aun así no me agrada tener que juntarme con ese inútil, además que ni se presento. Indignante.

De seguro que no sabe ni con que grupo es. Muy irresponsable de su parte.

Además de lo del gato, vaya obsequio que les anda regalando a las chicas, no me fió de él.

Lo más probable es que no sea bueno para mi. Ni para mi vida.

Joder, supongo que si no fuera alérgica me habría parecido lindo, pero por favor si quiere dar un buen detalle y sobre todo a alguien como yo. Tendrá que esforzarse mucho más que eso.

Yo no soy cualquier fracasada a la que puede engatusar con sus estupideses. No señor, yo soy Chloé Bourgeois. La hija del alcalde, la chica más bella del instituto.

Que ni se piense que puede intentar algo conmigo, somos muy diferentes y además que le faltan millones de kilómetros para acercarse a mi magnificencia.

—¡Sabrina, ven aquí! —gritó mientras se arreglaba las uñas de la mano izquierda.

Oyó los pasos apresurados de la chica y cuando entro la apunto con la lima.

—Dime ¿hiciste lo que te pedí?

—La carta, los globos y las rosas han sido dejados en las manos de Adrien hace quince minutos —respondió con rapidez para impedir una futura reprimenda.

—¿Y? ¿Como reaccionó? —inquierió  con interés.

—Pues... —la pelirroja se río nerviosamente y tartamudeo— esto, el se mostró sorprendido... Y mepidioquetelasdevolviera—murnuró con tanta rapidez que la rubia apenas la entendió.

Chloé rodó los ojos con irritación y la miro.

—Sabrina, cuantas veces te he dicho que no hables tan rápido, me irrita, dilo otra vez y que sea claro.

Hizo un ademán con las manos para incitarla a hablar.

Sabrina suspiro con temor a la reacción de su mejor amiga, no le iba a gustar lo que tenia que decirle y le daba terror que se desquitará con ella.

Cerró los ojos y habló con todo el valor posible.

—El me dijo que no quería que le volvieras a enviar flores porque para el era muy incómodo y además que podría afectar su relación, con su novia... Marinette.

Luego de haber soltado la realidad frente a su amiga la habitación se quedo sin sonido alguno, Sabrina abrió los ojos para encontrar a Chloé Bourgeois al borde de las lágrimas y con su boca abierta por la impresión.

A Sabrina se le encogió el corazón al verla sufrir de esa manera.

A ella le gustaba verla sonreír en todo momento, aunque fuera una de sus sonrisas de superioridad, porque aunque ella fuese algo cruel con su exterior sabia que Chloé era sensible.

Corazón De Hielo [Nathloé]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora