Martes / Extra

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Ver a sus compañeros y demás alumnos retirarse por la luminosa salida le hacía sentir encerrado, como si literalmente la escuela fuera una jodida cárcel. Y peor aún su compañero de celda no ayudaba que aquellas horas se pasaran rápido.
Debía admitirlo, era un jodido retardado, un gordo asqueroso con olor a pedos como su apellido lo indica y una migraña por cada vez que este hablaba.
– ¿No estas emocionado Max? -ronquido- Ayudaremos en la decoración del baile. Espero llevar a alguien este año –
Que patética le parecía a Max esa celebración, para sus ojos solamente era pasar más horas con la gente que no te agrada... con música de fondo. – Claro Jermy, muy emocionado –

Este alzo sus cejas sorprendido – ¿Acaso no llevaras a nadie? – con una sonrisa burlona el contesto – Ni tenía pensado en venir – Jermy quedo perplejo y le vino otra duda a la cabeza – Entonces ¿Porque estas acá? – el moreno en un suspiro pesado, dijo en voz baja – No tengo otra opción –

A veces uno debe sacrificar pequeñas cosas para no llegar a problemas más grandes... a que se refería? Pues que era mejor colgar tiras de colores en las paredes, a que busquen a sus padres en el trabajo. Eso si los enfadaría. Y la cosa no iría a terminar bien para él.

De todas formas su pensamiento se desvió, no quería recordar a esas personas ignorantes, imagino las cosas que iba a hacer al llegar a su casa, como relajarse en el sillón o preparar más de sus productos. Si buena idea, eso mismo iba a hacer.

Miro el reloj para ver cuánto tiempo le quedaba ahí adentro, solo una hora, podía soportarlo.
– ¡Max! Puedes hacerme un favor – David hizo su aparición con unas cuantas hojas, una gran cantidad de lapiceras y algunas tijeras de plástico para menores, para entregárselas al nombrado – Sé que tienes un talento escondido ahí adentro, y hoy es el día que podrás demostrarlo. Necesito que dibujes y recortes algunas de estas hojas haciendo lindas decoraciones para el salón –.

– ¿Y que gano con eso? – el colorado se quedo un momento callado, pensativo, buscando algo que el menor le gustara, hasta que se le ocurrió – Te iras antes – le extendió su mano buscando cerrar el trato, sin pensarlo dos veces, Max se abalanzó hacia ella. Para David, ese trato era algo tonto, pero ver al moreno con ansiedad y con ganas de hacer algo lo llenada de alegría.


¿Qué podía dibujar? Agarro una lapicera y una hoja, comenzando con lo primero que se le vino a la mente, dos círculos, un palo y alrededor muchos garabatos. Dolph, que pasaba por ahí, se asomó a ver lo que estaba creando – Mhg... A ese cohete le falta volumen – con un movimiento negatorio, el de sudadera azul contesto – No es un cohete – miro al contrario para seguir la conversación – De todas maneras ¿Que haces a estas horas en un lugar tan horrible como este? – el pequeño contesto con su dulce acento alemán – Vengo al taller de arte, veo que también estas interesado en las manualidades. Tal vez te guste –

– Ssssssno. No es lo mío. – y continuo garabateando toda la hoja hasta ocuparla completamente. Dolph, al ver esa incompetencia de creatividad, con amabilidad se sentó a su lado y dibujo a una pareja bailando – Toma, úsala de boceto para las demás hojas, luego recórtalas y tu trabajo ya estará hecho – impresionado Max agarro con gusto el dibujo, luego de un agradecimiento, cada uno siguió su camino.

Termino, pero todavía quedaban 40 minutos extra ¿Pero a quien le importaba? Se levantó orgulloso de si mismo y se retiró con la cabeza en alto. Solamente le faltaba dar una larga caminata a casa.

Se encontraba en frente de la puerta, buscando con aires de cansancio las llaves que estaban tiradas por algún lado de su mochila, encontrarlas fue un trabajo que no se esperaba cumplir, sin embargo logro hacerlo. Al entrar, se encontró con una sorpresa que nunca en la vida iba a esperar tenerla, sus padres estaban en la casa, y peor aún no estaban contentos.

DETENTION // Camp CampDonde viven las historias. Descúbrelo ahora