Miercoles

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Los rayos del sol brillaron nuevamente contra la ventana, reflejándose en los ojos cerrados de Max, sus cabellos despeinados no alcanzaban a cubrirlo para hacerle sombra, y en la posición en la que estaba, no ayudaba mucho. Esta era unas de las pocas veces que se despertaba antes que su alarma sonará, eso significaba que había tenido una mala noche, como era de esperarse, aunque habia algo que no era habitual a las otras situaciones.

El colchón, más suave de lo normal; La luz, más brillante que lo usual; El ambiente, más habitado que lo de costumbre.

Un ligero golpeteo hacia la puerta y una voz familiar, dejo en claro que nada de lo que había pasado anteriormente era un sueño. Si, lo habían echado de su casa, y si, se había ido a dormir al departamento de David.

– ¿Max? – Volvió a golpear – ¿Ya te despertaste? Hice el desayuno si quieres venir a comer algo. –

El nombrado abrió lentamente los ojos, hacía mucho que no desayunaba, además en la noche anterior no había comido absolutamente nada, se sentía un poco hambriento, así que decidió rehabilitarse para salir de esa cómoda cama.

Se había dormido con la ropa puesta, no solamente por no tener las ganas de cambiarse, sino también porque no conocía al contrario como para desnudarse, no estaba conforme; Además siempre supuso que David escondía algo oscuro dentro de él. Aunque todos sabían que eso no era cierto.

Se dirigió hacia la puerta y de ahí, hacia la cocina en la cual el colorado lo estaba esperando en la mesa con una variedad de comidas, desde tostadas hasta galletitas rellenas. Max quiso aparentar no estar impresionado de eso, como si fuera algo cotidiano comer toda esa cantidad de alimentos, pero no era así. No para él.

Se sentó del lado contrario al que estaba David, quedando enfrentados – Buenos días Max – el chico solamente movió la cabeza y comenzó a comer. Aunque se esperaba una respuesta más concreta, decidió acompañarlo en el desayuno.

Por cada bocado que le daba, el moreno levantaba la vista para ver a David, no sabía que estaba esperando, pero no podía dejar de verlo. Por dentro tenía ganas de agradecerle por todo lo que le estaba ofreciendo, techo, comida, transporte... Sin embargo su orgullo no le permitía caer tan bajo para darle la satisfacción que el mayor estaba buscando hace tanto de él. Prefirió sacar un tema para distraerse:

– Esa tal Gwen ¿Es tu pareja? – el contrario levanto las cejas con impresión y largo una pequeña risa – Claro que no, es mi mejor amiga. La conozco hace mucho y nunca sentí otra atracción hacia ella que no sea la que ahora siento. – Max en un gesto inconsciente giro sus ojos, no creyéndole lo que este le decía, no creía en las amistades entre mujeres y hombres... y no, él considera a Nikki como un chico más.

– Bien digamos que no es tu pareja ¿pero de todas maneras tienen sexo? – nuevamente el contrario se sorprendió, pero esta vez un poco más incómodo por la pregunta, comenzó a toser al haberse atragantado con algún pedazo de comida e intento responder lo antes posible para que el menor no pensara otras cosas –NO, Claro que no. M-Max, soy tu consejero esas preguntas no deberías hacérmelas, son priva... – fue interrumpido por una risa rápida y corta– Era broma David – volvió a su seriedad de siempre y continuo comiendo.

Se sintió raro para el mayor, después de mucho pudo apreciar una sonrisa del muchacho, pero eso no cambiaba el clima embarazoso. Aunque pensándolo bien, era una buena forma de conocer a Max y a sus círculos de relación.

– Hablando de eso ¿Tienes alguna pareja para el baile? – Max levanto sus hombros indiferente – No tengo a nadie en mente – con esta respuesta, el mayor sonrió juguetón – No debería hacer esto, pero como estamos en un ámbito menos profesional, podría recomendarte algunas muchachas que les gustaría estar con un buen... uh un amabl... contigo –

DETENTION // Camp CampDonde viven las historias. Descúbrelo ahora