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Aquí está otro capítulo, niñas. Con mucho amor. Dejen sus comentarios abajito, que sean unas biblias, vale? Las amo mucho. Ah, y digan de que Team son, sí de #TeamHage o #TeamKarry, ustedes deciden

With love, Kiana.

—Y entonces yo le dije: Hey, devuélveme mi cupcake, pero él no me lo quiso regresar —le comenté a Harry, mientras hacía la voz grave. Él tenía cara de idiota, apoyada en su gran mano, casi saliéndose la baba por verme. Abrí la boca indignada de que nunca me estuvo haciendo caso, y fruncí el ceño, para después gritarle de forma teatral —¡Harry, no me estás haciendo caso! ¿En que estás pensando, eh?

—Es que eres muy bonita, bebé —rodé los ojos en un intento de no sonrojarme. Él rió besando mis labios, rápidamente, ni siquiera pude reaccionar a tiempo. Quería salir, quería aprovechar que era mi único día con Harry en su casa, pues mañana venía Eddie y tendría que ir a casa con él —¿Qué pasas? ¿quieres algo?

—Quiero aprovechar a estar contigo por última vez —dije acercándome tentadoramente a mi novio, gateando por encima de la cama. Él frunció el ceño confundido, tomándome de la cintura. Siempre creí que Harry era una especia de chico en peligro de extinción: guapo, caballeroso, punk, bonitos ojos, bonito cabello, y bastante inocente para ser del bando de los chicos.

Empieza mi plan de seducción.

Cogí con fuerza su cuello y acerqué mi cara a la suya, su aliento a menta me chocaba contra la cara, y sus labios estaban a milímetros de los míos. Mis labios pasaron por los suyos, apenas acariciándolos, y él soltó un suspiro entrecortado, se podría decir que estaba ansioso. Tomó mi cintura con cuidado, pues cerca de ella se encontraba mi cicatriz, y finalmente lo besé, apasionadamente y sensual. Con un movimiento rápido, sin tocar la cama con mi espalda, se posicionó arriba mío, poniendo todo su peso en sus codos. Gemí en su boca y desvié mis labios hasta su cuello, él soltó un jadeo desesperado, sus rizos me hacían cosquillas en la frente.

—K-Kage —gruñó cerrando los ojos, yo sonreí victoriosa al ver como tenía tanto poder ahora con él. Mordí un poco de piel, dejando un chupetón, que mañana se vería más que nunca, así que reí ante la idea —¿Q-que me hiciste, nena?

—Un regalito de mi parte, Harry —su cabello estaba revuelto, era extremadamente sexi ver como algunos rizos no estaban en su lugar, y era aún más sexi, saber que yo era la que ocasionaba eso. Traté de quitar su camisa blanca, pero no podía, así que Harry me ayudó a deshacerme de esa molesta tela de algodón, dejando ver ese torso para morir.  

Toqué su abdomen, y él soltó otro suspiro sensual, que me hizo sonreír con orgullo. Creo que él se cansó de no tener el control, pues tomó mi rostro entre su mano e hizo que lo mirara. Creo, casi puedo jurar, que fue lo más sexi que jamás vi. Sus rizos estaban más que revueltos, su boca roja, como un color cereza, quizá por estársela mordiendo con frecuencia, y sus pupilas estaban dilatadas. 

Oh Jesús, estaba excitado. Lo podía ver por el bulto en sus pantalones.

—Bebé, c-creo que es mejor que... —subí mi rodilla sin querer y ésta rozó por su parte íntima —¡Oh mierda! ¿E-estás segura de esto, linda?

Su rostro se hundió en mi cuello, dios, era mi perdición. Jadeé cuando pasó su lengua tentativamente por el hueco de mi cuello, y pude casi sentir como reía extremadamente ronco, lo que hizo que mis mejillas se tiñeran de un rojo violento, color cereza. Olfateó mi cuello con sutileza, para después susurrar algo no entendible para mí.

—¿Kage?

—¿S-sí? —pregunté sin respiración, él sonrió una vez más contra mi cuello y suspiró.

—Te amo.

—Yo también te amo, Harry —le dije.

Y por primera vez, esta vez, me sentía suficiente, amada, y hermosa.

  

Give me love |Book One.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora