"Me siento... estoy... estoy embarazada" Esas palabras resonaban en mi cabeza.
"¿Te sientes embarazada?" Dijo él. "Crees que tengamos un mini yo ahí dentro" dijo tocando mi vientre.
"A mí me gustaría que fuera una niña"
"Una niña"
"Una niña"
"Una niña" Se repetía una y otra vez en mi cabeza.
"Te amo" siempre era la misma voz, ronca y muy masculina.
"Te amo"
"Te amo"
"Te amo"
"Yo también te amo" Esa sin duda era mi voz.
"Te amo"
"Te amo"
"Te amo"
Desperté con lágrimas en mis ojos y como reflejo toque mi vientre, pero seguía ahí, todo como lo recordaba antes de dormirme, sentía la necesidad de gritar, y eso es lo menos que quería. No era la primera vez que tenía ese sueño, algunas de mis amigas, me decían que eran recuerdos, o que quizá era lo que deseaba que sucediera en algún momento.
Mire el reloj y eran recién las tres de la mañana. Genial, ahora no podría dormir a causa del insomnio. Tampoco quería quedarme en la cama, no haciendo nada, así que decidí ducharme sin apuros, aprovechar el tiempo, relajarme, pensar y planear mi día, entre otras cosas.
Me metí a la ducha, el agua estaba hirviendo, pero así me gustaba, me sentía relajada y tenía muchas ganas de quedarme ahí. Lástima que no podrá ser así.
Al salir de la ducha ya eran las cuatro y media, aún faltaba mucho para que las clases comenzaran, pero no sentía nada de sueño. Me puse nuevamente el pijama para bajar a desayunar.
Me dirigí a la cocina y me decidí por unas tostadas y un zumo de naranja helado – ya que nunca tengo tiempo para tener un buen desayuno, solo los días sábados y domingos.- Como ya me había pasado otras veces, supuse que el sueño vendría después, deseaba que no fuera en mi horario de trabajo.
Después de un rato, me volví a fijar en la hora, pero parecía que el tiempo está mañana era eterno, así que me fui a vestir, tomando lo primero que encontré. Unos pantalones ajustados azules, una blusa sin manga, blanca, con un colgante de corazón, y una chaqueta negra.
Ya en el baño, me mire en el espejo y al ver que todavía tenía tiempo, mire mi maquillaje indecisa, no soy de las chicas que se maquillen muy seguido, además que siempre estaba corta de tiempo.
Tome el delineador negro, para resaltar mi ojos, y me aplique base, para arreglar mis imperfecciones, no es como si quedara perfecta después de eso, pero mejoraba mi cara. También me puse corrector de ojeras, para cubrirlas, ya que no pasaban desapercibido, un poco de rubor en mis mejillas y ya estaba lista.
No me veía tan distinta a lo usual, lo único que hacía la diferencia era el delineador en mis ojos.
Tome mi iPhone para mirar la hora, y ya eran pasadas las seis un cuarto, estaba cansada de esperar y hacer tiempo, así que me fui a tomar un taxi, o lo primero que pasara. El transporte a estas horas no me favorecía mucho.
No pasaron más de diez minutos cuando los vehículos amarillos comenzaron a aparecer, hice parar uno y le dí las indicaciones de cómo llegar a la escuela, el recorrido no duraba más de diez minutos en coche. Así que llegaría antes que todos, por suerte estaba abierto desde las seis y media.