Romeo Had Juliette

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"El show debe continuar
Por dentro mi corazón se está rompiendo
Mi maquillaje puede estar descascarándose
Pero mi sonrisa aún está"


the  show must go on; Queen



Veintinueve de diciembre.

{El gato de Louis maúlla por las noches. No sé dibujar gatos. -H.}


  "Buenos días..." murmura el rizado al abrir los ojos, rayos de sol molestos en la ventana, demasiada luz para ser las ocho de la mañana. Azules orbes bien despiertos, una sonrisa se forma en ambos rostros cuando Farrokh, el gato negro de Louis, salta a la cama y se acuesta entre ambos.

  "¿Dormiste bien?" pregunta el mayor, manos bajo las sábanas corriendo a acariciar la blanca espalda de su acompañante, suaves. Asiente con la cabeza, perezoso, cuerpos desnudos y cálidos encontrándose bajo el edredón y acercándose más, encajando.

  "Tu gato maúlla demasiado..." se queja un Harry somnoliento, garganta adolorida por la noche anterior, acariciando al felino por encima de las sábanas, oscuro pelaje azabache contrastando apenas contra el verde oscuro que hoy tenía la colcha.

  "Lo sé, tengo que castrarlo... aún no quiere despedirse de sus amiguitos" bromea, la conversación tiene demasiadas palabras arrastradas y bostezos de voz rota, caricias de Louis y ninguna de Harry.


•••


  "Este, este es el indicado." asegura el mayor por cuarta o incluso quinta vez, señalando un vestido de los que el rizado había tirado sobre la cama. Recibe otra negación con la cabeza.

  "Es demasiado simple, no me gusta para una fiesta de año nuevo, tal vez... ¿esto?" propone, falda de cuero y zapatos kilométricamente altos, un crop-top de terciopelo están sobre la cama y Louis tal vez debería cerrar la boca mientras imagina al menor con eso. Asiente frenéticamente, pero recibe una risa de Harry, quien niega mientras se sienta a su lado, pantalón de chandal y un gran buzo deportivo parecen flotar a su alrededor. "Lou, eso ni siquiera es ropa de noche" se queja, y en la mente del más bajo no es claro por qué los colores claros no están permitidos en la noche, o simplemente por qué es que hay permitidos y prohibidos a la hora de vestir.

  "Muy bien, suficiente, iremos a comprar. Vas a matarme si seguimos en esto" decide, poniéndose de pie, activo, y lanzándose a su propio armario para tomar uno de sus jeans negros y remera de alguna banda, él viste siempre lo mismo.

  Es un pequeño intercambio de opiniones donde Harry se niega rotundamente porque no tiene dinero y de ninguna manera Louis pagará algo para él. Ellos pueden o no haber compartido algunos besos mientras hablaban; no es la gran cosa.

  "Esto es lo que haremos" acaba por decidir el mayor, tomando un rotulador rojo y acercando al rizado hasta la pared. Tinta roja y de fuerte olor mancha allí, justo arriba de un dibujo grosero de Mickey Mouse, letras y números se trazan mientras Harry lo mira confundido. "Faltan exactamente tres días para la última noche del año, y si para el día treinta" insiste, remarcando el número con su plumón "... no tienes decidido lo que vas a ponerte, saldremos a comprar, quieras o no. De todos modos, yo quiero comprarme algo"


  El improvisado calendario de días que Louis había armado no era con la finalidad de organizar algo más que la compra de ropa para el rizado, pero ellos acaban armando una planificación detallada sobre qué harán cada día hasta el fin del año, proposiciones que incluyen tomar helado, ver películas, salir a caminar y ver las estrellas.

Andar por el lado salvaje |L.S.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora