● Capítulo 33 ●

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Narra Erick Brian

¿Qué cómo me sentía en este momento? Me sentía indignado, idiota y engañado.

- ¿Tu? – dije alejándome de él. - Tu eres Jonathan, ¿Cierto? – algo en esto me molestaba mucho.

- Erick, tranquilízate. – me tomo de las manos, apretándolas con demasiada fuerza, como si no me quisiera dejar ir. – Tenía miedo. – me miro a los ojos con determinación en su voz. – Muchísimo miedo, tanto tiempo y apareces en el bar en el que trabajo con un chico, eso me molesto mucho ¿sabes? No podía quedarme con los brazos cruzados, tenía que conseguir tu número.

- ¿Y porque no acercarte a mí? En lugar de hacerte pasar por otra persona.

- Creí que me rechazarías, por eso no me atreví. – la fuerza en su voz se apagó.

- Yo nunca te rechazaría Joel, pero seguimos cometiendo los mismos errores de siempre, errores que terminan separándonos, como siempre.

- Dame una oportunidad. – dijo colocándose de rodillas, era bastante vergonzoso.

- Levante Joel, no seas ridículo. – susurré.

- ¿Recuerdas hace dos años? – dijo, mientras lo ayudaba a ponerse de pie. – Hace dos años te pedí que comenzáramos de nuevo.

- No creo poder.

- Hola. – dice extendiendo su mano, yo enarco una ceja con confusión, tomo su mano y el hace el típico saludo. – Me llamo Joel Pimentel, tengo 20 años, soy de México, pero estudio en Chicago, trabajo en un bar en las noches y en las mañanas saco a mi perro a pasear, no tengo pareja, estoy soltero. – finalizo. – Vas.

- ¿Es enserio? – solté una ligera risita. El solo me hizo un gesto de espera. Esto iba enserio. – Me llamo Erick Brian Colón, tengo 18 años, soy de cuba, viví un tiempo en México, fui aceptado por la universidad de chicago, intento conseguir trabajo, me gustaría tener un perro, también estoy soltero. – baje la mirada, no podía creer que le siguiera el juego.

- ¿Ambos solteros he? – sonrió. – Y dime Erick, ¿Te gustaría entrar a mi casa a tomar algo? – señalo la casa frente a nosotros.

- No creo que sea correcto entrar a la casa de un chico al que apenas acabo de conocer. – dije dándole la espalda.

- Hace dos años, recibí un mensaje mientras me encontraba en mi cuarto, con una navaja presionando fuerte la piel de mi muñeca, me detuve solo para contestar ese mensaje, ¿Sabes lo que decía? – la voz de Joel se escuchaba entre cortada. Negué, siguiendo de espaldas. – "Necesito hablar con alguien que me pueda escuchar, necesito a un desconocido." - ¿Aun recordaba ese primer mensaje? Me di la vuelta y lo miré.

- Joel... - susurré.

- Entonces en ese instante quite la cuchilla de mi muñeca, no siempre un mensaje de algún desconocido te pide ayuda, no lo vi al principio, pero me sentí afortunado de ser yo quien ayudara a ese chico. – sus ojos se comenzaron a llenar de lágrimas. – Hasta donde yo sé, fui su único amigo por algún tiempo, platicar con él se volvió algo indispensable para mis días, aunque siempre trate de portarme desinteresado con él.

- Joel detente. – digo acercándome a él.

- Después de un tiempo, tuve la necesidad de tenerlo cerca de mí. De tener contacto con él, era extraño, pues nunca antes me había interesado un chico antes. Lo invite a mi casa un sábado, no lo pensé dos veces en realidad, quería verlo, realmente quería verlo, pero estuve a punto de arruinarlo, afortunadamente lo arregle y cuando lo tuve frente a mí, lo abrace tan fuerte que creí que rompería ese delgado y delicado cuerpo. – sonrió por fin, entre lágrimas. – Después me partió el corazón, ver que mi consejo del inicio había funcionado, ese chico había conquistado a su platónico. Pero decidí que no me portaría más como un idiota. ¿Sabes que fue lo peor de mi historia con ese gran chico de 16 años?

- No. – mordí mi labio inferior.

- Despedirme de él, sin antes decirle todo lo que tenía en mi corazón, no tener el valor para quedarme a su lado.

- Joel... - susurré. Aun después de esto, tenía miedo de preguntarlo. - ¿Quieres ser mi novio? 

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Sobre lo del final triste, era broma jajaja

Numero Desconocido - Joerick Donde viven las historias. Descúbrelo ahora