Capitulo 8 "No puedes renunciar a mi"

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Estaba realmente a punto de destruir su rostro en este momento, ¿Qué tenía en la cabeza? ¿Cómo…como se atreve a decirme eso en la cara, cuando yo misma lo he visto besarse con una chica hace pocos minutos en la azotea, como si el lugar no fue impedimento para tener sexo justo ahí? Mi estómago se revolvió solo de la simple idea.

— ¿Pobretón?—fue probablemente la palabra que más me molesto de todo lo que dijo. Podía meterse conmigo, no con Thom. — ¿Por qué te metes con él? Vamos, dímelo a mí, ¿no? Dime que soy una pobretona, hija de una simple prostituta, que su padre era un alcohólico y abusador, vamos dímelo, Nicholas.

— ¿Pobre tú? Tu padre tiene más dinero que toda la ciudad junta.

—Es su dinero, no el mío. —afirmé.

—Por favor, ___________...

Solté un suspiro frustrado, mientras pasaba mis manos por mis cabellos.

—He acabado con esto, Nicholas. —Dije mirándolo directamente a los ojos. —Te amé, te amé más de lo que probablemente voy a amar a alguien en toda mi vida. No me arrepiento de nada. —pasé mi mano, acariciando suavemente su mejilla, la idea de que pudiera ser la última vez me destrozaba. —Quería que cumplieras tu sueño, no que te transformaras en esto. 

—Tú me transformaste en esto. —me culpó.

—Ah no, no me culpes de tus errores. Son tuyos, no míos.

Nick viró sus ojos, quitó mi mano de su rostro y se dio media vuelta. 

—Así que… ¿eso es todo? Todo lo que hemos pasado, se termina aquí. —preguntó, aun sin darse vuelta y poder verme directamente a los ojos. —No digas que no he sufrido por ti, ¿de acuerdo? Porque nos has estado conmigo, allí—su voz se quebró mientras decía cada palabra—Simplemente, ignorarlo parecía mucho menos doloroso.

Se volteó y colocó ambas manos en mis hombros, sosteniéndome demasiado fuerte, lo suficiente para producir moretones ahí.

—Me estas lastimando—me sacudí intentando liberarme de él.

Exhaló en mi cara, su aliento era extraño. Era una mezcla de nicotina del cigarro con alcohol. Demonios, él estaba ebrio.

— ¿Por qué es tan difícil? Porque simplemente no…

—Nicholas, me estas lastimando—dije intentando duramente de quitar sus manos de mi cuerpo.

Unas manos pasaron por mi cintura, estrechándome fuertemente, me alejó de las manos de Nick. Thom se puso enfrente de mí cubriéndome.

—Ahora lo que me faltaba, el novio celoso—soltó un bufido, y se comenzó a reír como un idiota enfrente mío.

— ¿Vamos?—preguntó, señalando con la cabeza la puerta del departamento.

Asentí con la cabeza, y estaba a punto de dar un paso hacia la puerta, cuando los brazos de Nick me jalaron por la cintura, arrancándome del lado de Thom. Ahora estaba enfrente a él, por lo que fueron cinco segundos antes de que pasara la cosa que menos esperaba que pasara.

Nick me besó.

Me podría haber imaginado cualquier cosa. Menos esta.

Sus manos sostenían mi rostro, siendo imposible moverme, y no es que lo haya intentado. Estaba totalmente paralizada en este instante. Su nuevo sabor, era extraño. Era alcohol, con cigarro y su sabor usual. Algo más nuevo para mí. Su lengua recorría cada pequeña parte de mi boca, mientras yo me quedaba sin hacer nada. Cuando se separó de mí, le dio una leve mordida a mi labio inferior, haciéndome soltar un gemido.

Por un momento, olvidé todo. Olvidé que le había roto el corazón, olvidé que lo había visto besarse con otra chica hace unos segundos. Olvidé que estaba en Nueva York, en un departamento que no era mío. Por un momento pensé que las cosas estaban bien. Y el problema fue cuando regresé a la realidad, y me di cuenta que nada de esto estaba bien.

Estaba totalmente ruborizada, Nick solo tenía una sonrisa torcida en los labios. Me dio un último beso en la mejilla y le dio una de sus sonrisas de “soy el rey del mundo” a Thom.

— ¿Eso te ha dejado las cosas en claro, Toni?

Hizo su camino hacia la habitación de Thom, dejándome totalmente aturdida.

{…}

—Fui una completa estúpida—caminé alrededor del sofá rojo de mi habitación.

—Sí, lo fuiste. —respondió Thom, por milésima vez.

Y yo seguía sin parar de dar vueltas alrededor del sofá que había en mi habitación, en el departamento de Jordan. Había repetido la oración más de mil veces.

—Es que…dejé que me besara, y él había estado besándose con otra, que digo besándose, apunto de tener sexo en la azotea con otra chica que no he visto nunca en mi vida. ¿Qué crees que debería hacer?—estaba hablando demasiado rápido, y apenas se me entendía.

—Pues…

—Sí, tienes razón. Debo simplemente hacer como si eso beso nunca hubiera pasado. Solo estaba celoso de ti, fue por enojo y yo como estúpida le seguí.

—Pero…

—Exactamente, Thom. Gracias por siempre ayudarme, eres el mejor. Te amo—dije sentándome sobre él, y abrazándolo.

—Es un placer ayudarte siempre—contestó.

—Pero, Thom, sigo jodidamente enamorada de él. ¿Crees que deba dejarle las cosas claras otra vez?

—Yo creo que…

—Sí, tienes razón. Aunque sería mejor…

—Déjame terminar algo de lo que te voy a decir, por primera vez. —Dijo, haciéndome reír. —De acuerdo, antes de que no puedas ser capaz de dejar de hablar por menos de cinco segundos, quiero agradecerte. Escuché como me defendiste. Nadie había hecho eso por mí antes. 

—Eres mi hermano, ¿no? Nunca te voy a dejar caer, y que te pisoteen. Tú me salvaste. Voy a estar ahí para ti por el resto de tu vida.

—Oh, dios sálvame

Me reí, y recosté mi cabeza en su hombro. 

¿A quién engañaba? Había disfrutado tanto ese beso, que ahora lo estaba repitiendo en mi cabeza una y otra vez. —

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