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Salí del cuarto y comencé a buscar al fantasma, caminé hasta la sala y ahí se encontraba él sentado en un sillón cómodamente como si nada hubiera pasado.

- ¿Me veo bien? -Dije tratando de llamar su atención, él se giró hacia mi y me observó por un largo rato.

- Algo -Dijo levantándose del sillón- Ahora vámonos, tienes que ir a tu cuarto y dormir un poco, casi son las 3 de la mañana

- Ya me había dormido antes así que no siento tan grande el peso de desvelarme pero ¿tú ya dormiste?

- Lo estaba haciendo hasta que tu me despertaste

- Me alegro de que estuvieras dormido y no que te estuvieras desvelando

- Vámonos

Asentí y salimos de la casa, luego me ayudó a subir a la barca y comenzó a avanzar por el lago.

Nos encontrábamos pasando a través del lago con un silencio incómodo entre nosotros, después de lo que pasó en su casa ninguno tenía ganas de hablar, hace un rato me hablo pero creo que lo hizo solo por compromiso.

- Fantasma -Dije cortando el silencio.

- Mmm -Dijo sin voltearme a mirar, el iba manejando el remo así que si lo soltaba talvez caíamos al agua.

- ¿Cómo te llamas?

- ¿Para qué quieres saber eso?

- Bueno es que tu conoces mi nombre pero yo no conozco el tuyo y me parece injusto que no lo sepa ya que te voy a ayudar

- Erik -Dijo fríamente-  Mi nombre es Erik

- Erik, es un lindo nombre, me gusta -No respondió, seguía remando- Entonces ¿Dónde estamos Erik?

- En las catacumbas del teatro

- Eso quiere decir que aquí está igual de grande que todo el teatro junto

- Si, así de grande

- ¿Nunca nadie a venido a aquí?

- Mis padres, supongo

- ¿Qué les pasó a tus padres?

- Murieron, mi madre murió cuando yo era apenas un niño y mi padre hace unos años

Me puse triste, a él le había pasado exactamente lo mismo que a mi, mis ojos se humedecieron.

- Te entiendo -Dije con un poco de tristeza.

- ¿Cómo?

- Mis padres también murieron, mi madre cuando yo era bebé y mi padre hace unos meses

- Lo de tu padre ya me lo habías dicho, pero no sabía que te había sucedido igual que a mi

- Así es -Una lágrima se resbaló por mi mejilla- Me pasó igual que a ti

Siguió el camino hasta donde terminaba el lago, luego me ayudó a bajar, creo que tenía mis ojos rojos y un poco llorosos porque se me quedó viendo mucho rato a la cara antes de darme un pañuelo de su pantalón.

Subimos por unas largas escaleras, ahí era donde estaba un laberinto mucho más complicado que el del lago, tuve que caminar agarrándome de la camisa de Erik para no perderme.

Luego de que salimos de ahí, Erik me llevó por un largo pasillo y después abrió una compuerta.

- Sal, nos vemos mañana después de las 8 pm

- Espera -Dije aferrándome a su camisa- No se por donde está mi cuarto, que pasa si caigo otra vez allá contigo

Suspiró, la verdad creo que lo estoy cansando con todas mis exigencias pero yo soy nueva aquí y nadie quiso darme un tour.

- Te llevaré a tu cuarto, pero recuerda que tienes prohibido decirle a alguien que me viste y que te voy a dar clases de canto

- No le diré a nadie, te lo prometo

- Bien, sigueme

Erik comenzó a avanzar y yo lo seguí, solté su camisa creo que aquí es más fácil seguirlo, no hay laberintos.

Él revisaba cada parte que veía ya que temía que alguien lo viera, ya que después de verlo tenía que matarlos, gracias a dios yo me salvé de lo último.

Después de caminar por un largo pasillo pude observar la vela que yo traía para alumbrarme, la cual ya estaba apagada y derretida, e inmediatamente supe que estaba cerca de mi cuarto.

- Creo que debes dormir por aquí ¿no?

- Si, mi cuarto está al lado del de Christine

- Entonces es el del fondo de este pasillo, sigue caminando derecho y lo hallarás

- Gracias, sabes no esperaba que me ayudarás a llegar hasta acá y ¿te puedo decir algo más? no conozco a Christine en persona, pero creo que cuando la vea la voy a reconocer ya que se parece a mi ¿no lo crees E...

Me giré para verlo pero él ya no estaba, había desaparecido, ya veo porque le dicen “El Fantasma de la Ópera” debe haber más de un pasadizo para entrar aquí, con uno llegue a las catacumbas y con otro regresé aquí arriba.

No es un fantasma, es más bien un mago que usa sus trucos de magia para asustar a todos los de este teatro.

O eso creo.

Comencé a caminar hasta que llegue a mi cuarto no sin antes agarrar la vela que había dejado a medio camino, cuando entre a mi cuarto me aventé a la cama y, después de unos minutos de ver el techo, me quedé dormida.

Erik, el Fantasma de la Ópera, estuvo presente en mis sueños.

Soledad Bajo TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora