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- ¡¿Tu eres Christine?!

Madame Giry me dijo que, ya que estaba aquí, debía unirme al ballet del teatro y yo lo hice para saber si así podía conocer a Christine, la enamorada de Erik.

- Si, ya te dije que yo soy Christine

Hace un rato, después de ponerme la ropa para el ensayo, me encontré con una chica que me miraba extrañada entonces me di cuenta de algo ¡Ella se veía igual que yo! Mi mente inmediatamente pensó que era Christine, pero no quise preguntarle aunque mi boca sin querer lo hizo.

Ella me dijo que si era Christine y luego preguntó mi nombre, se lo dije, pero aún no podía creer que me había topado con Christine así que por eso le volví a preguntar si era Christine.

- Lo siento, es que alguien me platicó de ti

- ¿Quién era?

Buena pregunta, aunque dos personas me habían hablado de Christine, Raoul y Erik.

- Alguien que conoces muy bien

- ¡Terminó el descanso! -Dijo Madame Giry mientras aplaudía para llamar la atención de todas- ¡Volvamos a ensayar! Recuerden que tenemos que ver que la nueva no se le olviden los pasos

Y por nueva se refería a mi, volvimos a nuestros lugares, mi lugar era entre dos chicas que no conocía y que eran MUY serías, ni siquiera hablaban entre ella, yo tampoco quería hablar.

La música comenzó a sonar y todas comenzamos a bailar según los pasos que Madame Giry nos había dicho.

- Disculpen que me entrometa -Dijo una señora mientras entraba al teatro- Pero necesito encontrar a una tal Madame Guiri

- Se dice Giry -Exclamó a mis espaldas- Soy yo -Dijo mientras caminaba hacia la orilla del escenario- Para que me necesita

- Soy la esposa del nuevo dueño del teatro así que quiero que usted me de un tour por el

- Con gusto -Se giró hacia nosotras- El ensayo a terminado, Meg, si puedes haces que Abigail se aprenda completamente los pasos

- Claro -Dijo Meg, no me había dado cuenta que estaba al lado de Christine, mi gemela perdida- Yo la ayudo

- Gracias

Madame Giry bajó del escenario y fue hacia donde se encontraba aquella señora.

Cuando ambas dejaron el lugar todas se dividieron en grupitos, yo me fui hacia donde estaba Christine y Meg, eran las únicas que conocía así que por eso me fui con ellas.

- Hola -Dije cuando estuve cerca de ellas.

- Hola -Dijo Christine con una sonrisa- Meg ¿verdad qué se parece a mi?

- Si, parecen gemelas

Las tres reímos, me encantaría hacerme amiga de ellas dos se ven que son increíbles personas, pero tengo que ayudar a Erik con Christine.

- ¿Quién era la señora que vino? -Pregunté.

- Es verdad que no estabas aquí cuando dijeron que cambiaríamos de director -Dijo Meg mientras miraba a Christine.

- ¡¿Van a correr a Er...?!

Meg me dijo que el fantasma de la ópera era más que el director, así que casi la riego diciendo su nombre.

- ¿Quién? -Dijeron al unísono Meg y Christine.

- Un antiguo director que creí que aún estaba en este teatro -Hablé tratando de sonar lo más tranquila posible- Er... nesto

- Oh -Dijeron.

- Como te decía -Siguió Meg- Van a cambiar de director, aunque aún no nos hacen esa noticia oficial

- Si, aún no sabemos quien suplirá al antiguo director -Dijo Christine.

- ¿Creen que nos dirán en estos días?

- Yo creo que si -Dijo Christine- Ya que se presentó su esposa, porque no presentar al dueño

Sonreí, las demás chicas iban bajando del escenario, supongo que van a ir a cambiarse.

- Tenemos que ir a cambiarnos -Dijo Meg- ¿Quieres venir con nosotras?

- Quisiera pero... tengo que ir al baño

- Bueno, el baño esta cerca del camerino para nosotras las bailarinas -Dijo Christine a modo de explicación.

- Entonces las acompaño y me indican donde está el baño

Caminamos juntas hasta donde ellas tenían que ir a cambiarse, luego me indicaron donde estaba el baño, comencé a caminar hacia ahí, cuando estuve lo suficientemente lejos volteé a ver si ellas ya habían entrado y así era.

Comencé a tocar la pared esperando encontrar un pasadizo hacia las catacumbas, durante un buen rato estuve tocando la pared mientras caminaba hasta que encontré un pequeño botón, miré hacia los lados para ver si alguien me observaba y, al cerciorarme de que no había nadie cerca de mi, toque el botón y entré.

Caminé durante un buen rato hasta que vi el lago, entonces comencé a correr mientras gritaba:

- ¡Erik!

Cuando mis pies tocaron el agua traté de avanzar más rápido, yo seguía gritando ya que tenía que encontrar a Erik, en eso una mano se puso en mi boca y me hizo para atrás.

Choque contra alguien, Erik, y se acerco a mi oído.

- Habla más bajo -Dijo susurrando, con una voz tan pacífica y tranquilizadora que parecía que en cualquier momento yo iba a caer dormida- Es de día y de aquí abajo se escuchan las voces hasta allá arriba

Asentí y Erik quitó su mano de mi boca, luego comenzó a caminar enfrente de mi, yo lo seguí, traía puesto una camisa blanca, un saco negro, un pantalón negro y su máscara ¿siempre se vestía así?.

- Erik -Dije susurrando- Tengo que decirte algo

- ¿Qué pasa? -El igual habló en un susurro.

-  Van a cambiar de director

- ¡¿Cómo?! -Gritó mientras se giraba hacia mi.

- Así como escuchaste, van a cambiar de director, hace un rato llegó su esposa para que le enseñaran el teatro

- ¿Cómo es su esposa? -Dijo mientras se acercaba a mi.

- Bueno, no muy alta, cabello rizado y con una voz no muy linda

- Ven conmigo -Dijo mientras agarraba mi mano.

- ¿A dónde? -Comenzó a jalarme mientras caminaba.

- A mi palco

Soledad Bajo TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora