CAPÍTULO 4
Kuroko finalmente se quedó a dormir en casa de el rubio, quien le contó con todo detalle lo ocurrido en las canchas, toda la conversación que había escuchado de Aomine con Midorima, con sus puntos y comas.
Kagami también había llamado al peliceleste preguntándole si podían quedar, pero se excusó diciéndole que Kise no se encontraba muy bien y quedaría con él, a su novio le pareció algo raro pero no le prestó mucha atención. Los chicos se pasaron toda la noche en silencio, mirando a la nada, pensando en cómo sus parejas podían estar engañándolos con el otro.
Habían dormido poco, muy poco, sus ojeras estaban muy marcadas y sus caras no eran precisamente felices, incluso Kuroko se veía más serio y desanimado de lo normal.
Kise estaba esperando a su amigo en el árbol de siempre, estaba sentado en el suelo con su espalda apoyada en su grueso tronco, sus piernas recogidas y su mirada fija en sus dedos, quienes bailaban nerviosos. Unos pies se pararon delante suya, levantó la vista esperando encontrarse al peliceleste, pero no era él.
―A-Aominecchi... ― su nombre se escapó de un susurro. El peliazul le sonrió mientras se sentaba en frente suya en posición india.
―¿Qué haces aquí sólo?
―Eh... Estoy esperando a Kurokocchi.
Aomine le miró de lado ― Hablando de Tetsu, Bakagami me dijo que se había quedado contigo porque no te encontrabas bien, ¿estás mejor? ¿Qué tenías?
Por supuesto, Kagami le había dicho eso... Bajó la cabeza unos segundos intentando que las lágrimas no cayeran ― Oh, ya... Eso... No, no era nada... Ya sabes... ― Kise miraba a todos los lados, deseando que el peliceleste apareciese y le salvase de ésta situación.
―¿Ya sé?
A Kise le vino una idea a la cabeza... ― Es que... Escuché un rumor.
―¿Un rumor? ¿Qué clase de rumor?
―Algo que te implica a tí y a Kagamicchi. También Midorimacchi y Akashicchi, pero principalmente vosotros dos ― la cara de Aomine se descompuso completamente ― Pero claro... Supongo que son tonterías, ¿verdad? ― dejó escapar un rápido suspiro mientras intentaba sonreír.
―¡Claro! Clarísimo... ― respondió rápidamente Aomine, parecía muy nervioso ― ¿Cómo iba a ser cierto? La gente se inventa cada cosa ― dijo con una risa nerviosa, Kise bajó la mirada, decepcionado. La reacción de su novio le había quitado todas las dudas de la cabeza, Aomine le estaba engañando con Kagami ― Tengo que irme, tengo..., tarea que avanzar. Nos vemos luego.
Kise sabía que era mentira, Aomine nunca avanzaba la tarea, suerte era ya si tenía su tarea anterior hecha, pero en la vida iba a avanzarla. Estaba completamente seguro que iba a hablar con Kagami. El rubio sólo se quedó mirando como el chico se iba, medio corriendo, mirando a todas partes nervioso, como si buscase a alguien..., y él sabía a quién buscaba.
―Kise-kun ― la voz de Kuroko sonó a su lado, se giró rápidamente y vió al peliceleste sentado, tranquilo. Saltó un poco del susto, pero estaba ya algo acostumbrado a las apariciones de su mejor amigo ― ¿Qué ha pasado? ― Kise bajó la cabeza con una sonrisa triste.
―Lo he confirmado... Por la reacción que ha tenido Aomine al decirle que he "escuchado rumores" sobre él y Kagamicchi, creo que es evidente de que nos están engañando...
Kuroko bajó la mirada ― Yo... He hablado con Kagami-kun.
―¿Sí? ¿Cómo fué?
―Me preguntó si estabas bien, y le expliqué que estabas algo triste, porque pensabas que Aomine-kun te estaba ocultando algo. También le dije que estaba algo preocupado porque lo notaba extraño, y que últimamente quedaba bastante con él. Kagami-kun sólo se puso nervioso, excusándose mientras me decía que ambos ponían a prueba su fuerza en el baloncesto y que no había nada raro en lo demás, que era todo normal ― relató el peliceleste, Kise abrió los ojos sorprendido, pero se rió irónicamente ― Creo que es muy evidente a éste punto...
―Sin dudarlo...
Se quedaron en silencio, mirando las ramas y hojas de el árbol donde estaban apoyados, viendo como se movían por la suave brisa.
―Deberíamos de hablar con Akashicchi ― sugirió el rubio, Kuroko asintió decidido y fueron a buscar al pelirrojo.
Vieron a sus dos parejas y a Midorima discutiendo acaloradamente en una de las mesas, pero hablaban tan bajo que era imposible escucharlos, pero no paraban de moverse nerviosos y llevar sus manos a la cabeza, como si no supieran que hacer. El peliverde estaba hablando con alguien por teléfono, y se veía tan nervioso como los otros dos.
Tardaron poco en encontrar al pelirrojo, estaba a espaldas a los dos chicos, con el teléfono en la oreja.
―De acuerdo, voy para ahí ― decía Akashi, y acto seguido cortó la llamada y se volteó, pero se encontró con los dos cuerpos impidiéndole el paso ― Tetsuya... Ryota...
―Lo sabemos todo Akashicchi ― dijo el rubio mientras se cruzaba de brazos.
―Sabemos lo de Kagami-kun y Aomine-kun ― concluía el peliceleste.
―Eh... ¿Sabéis lo qué? ― Akashi rió algo nervioso.
―No te hagas el tonto, sabemos que estás en medio de ésto ― le dijo cabreado Kuroko, sin duda, estaba muy enfadado.
―Lo sabemos porque escuché a Midorimacchi hablarlo con Aominecchi, y hoy nos lo confirmaron.
El pelirrojo abrió los ojos, tanto que parecía que se le iban a salir, se puso muy nervioso, los dos chicos lo notaron, el más bajo se acercó a ellos y habló bajo, para que los demás alumnos no escucharan su conversación ― Escuchad... No se lo podéis decir a nadie, ¡a nadie! Ni siquiera a Furihata.
―Oh, ten claro que se lo vamos a decir ― dijo enfurecido el rubio ― ¿Quién te crees para decirnos si es correcto o no decirselo? Espero que se lo digáis vosotros antes de que nosotros lo hagamos.
―¡No lo entendéis! ¡Nadie puede enterarse de ésto!
―Claro que lo entendemos, algo cómo eso no debería saberse, total, ¿para qué? ¿Para que os miren raro? ― contestó el peliceleste ― Ya que vas a hablar con ellos, puedes decirle de mi parte a Kagami-kun que se acabó.
―Lo mismo con Aominecchi, no pienso ser mentido de ésta forma y, aún por encima, ignorarlo.
―¡No! ¿Cómo váis a dejarlos por una tontería como ésta? ― el pelirrojo parecía aterrorizado ― ¡No sabéis cómo puede afectarles una roptura así el próximo mes!
―¿Una tontería? ¿Te parece una tontería? ― Kise estaba de los nervios.
―¿Acaso te gustaría que Furihata-kun fuera lo mismo? ― preguntó Kuroko con el ceño fruncido.
―¡Por supuesto que me gustaría! ¡Que fuera lo mismo que yo! Nada me gustaría más que eso.
Kise dejó escapar una risa irónica ― Entonces nos estás admitiendo que eres cómo ellos... Asqueroso.
―¡No es nada asqueroso! Es decir... Te acostumbras, es parte de tí desde el primer-...
―Sois repugnantes ― dijo Kuroko, sin dejar acabar de hablar a Akashi, ambos negaron con la cabeza mientras se iban. Se quedaron a unos metros de distancia de la mesa en donde los tres chicos aún seguían discutiendo. Vieron como el pelirrojo llegaba corriendo y les hablaba, mientras los tres lo miraban con los ojos muy abiertos.
Aomine y Kagami se encontraron con la mirada de Kise y Kuroko, quienes los miraron con odio y repugnación, y, simplemente, se fueron. No les dejaron explicarse, no tenían porqué escucharlos, cuando ellos mismos lo confirmaron y, gracias a Akashi, estaba más claro que el agua.
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Cada luna llena [KnB] (PAUSADA)
WerewolfAños después del último partido contra Jabberwock, Kagami vuelve de América con el propósito de hacer equipo con la llamada Generación de los Milagros y algunos compañeros de éstes. Kuroko y Kise notan un comportamiento extraño en algunos compañeros...