- Mierda, Tae. ¿Otra vez? – el tono de Yoongi era realmente amenazante. Llevaba apenas tres segundos en la habitación de Taehyung, pero fue suficiente para comprender lo que estaba pasando. Podrían estarse llevando pésimo últimamente, pero lo seguía considerando su amigo. Por eso fue a revisar cuando oyó un ruido en el dormitorio de Taehyung. Sabía, por la hora que era, entrada la noche, que algo andaba mal. Al entrar lo vio sentado con una expresión feroz en el rostro. Botellas de por todos lados. Taehyung con los ojos rojos, vidriosos.
- Vete.- fue lo único que atinó a decirle.
- ¿Qué mierda te pasa, Tae? – ladró Yoongi de vuelta.
- Vete, Yoongi. Quiero estar solo.- le gritó Taehyung.
- NO, maldita sea. ¡Ya basta Tae! ¿Hasta cuándo vas a estar así por esa perra?
- Cállate, Yoongi. Tú no entiendes...- le dijo, empinando su enésima botella de cerveza. Le temblaba la mano, pero la determinación era mayor que el malestar.
- Sí, maldito, sí entiendo. Amas a esa idiota de Irene, que ahora se pasea por medio campus de la mano de ese gorilón...
- Espera....¿lo sabías? – susurró Taehyung, con los ojos muy abiertos.
- ¿Qué importa, Tae?
- ¡¿LO SABÍAS?! – le gritó, incorporándose, con la vista fija en Yoongi, ardiendo por golpearlo. ¿Cómo podría haberle ocultado tan importante información?
Yoongi suspiró con las manos en la cintura
- Sí, Tae, lo sabía. Llevan mínimo dos semanas. Jin los vio cuando fue a buscarme al campus el otro día.- había bajado su tono. Sabía que de estar en el lugar de Taehyung estaría igual de furioso.
- ¡Oh, grandioso! Resulta que ahora todos sabían que Irene tiene a otro...¿ y no se les ocurrió por una milemi... milen... milésima de segundo que yo querría enterarme? – Taehyung se había puesto de pie, monologando.
- Dios, Tae. Mírate, men. – le dijo Yoongi, tomándolo por ambos hombros con sus manos.- ¿Hubiese sido distinto hace dos semanas que ahora?
Taehyung sabía que hubiese igual. O peor.
- En realidad da igual....igual siguen siendo una banda de mentirosos traidores...- le dijo a Yoongi en el tono más acido que le había conocido.
- Aaarrrgh, ¡Vete a la mierda Kim Taehyung!
Taehyung se apresuró a salir de su propia habitación, no sin antes asegurarse de dar un portazo monumental.
Malditos todos. Mentirosos.
Caminó por la ciudad sin un rumbo fijo, con la dificultad propia de quien ha bebido mucho más allá de sus propios límites. Le costaba mantener la vista en un punto fijo, sobretodo porque de pronto las lágrimas le nublaban la visión.
Maldita sea, Tae. ¿Por qué me afecta tanto? No es como si no lo hubiera imaginado. Sabía que eso pasaría en algún momento. Irene es muy linda para estar sola. Pero...¿tan pronto? Aaaaaiiiiish. Reacciona, Tae.
De pronto se encontró frente a su puerta. Sabía que ella estaría allí. Necesitaba con urgencia un abrazo cálido. Tocó a la puerta y un rostro conocido le abrió enseguida.
- ¿Tae? ¿Estás bien? ¿Pasa algo? – le dijo Jennie con los ojos muy abiertos. Sabía que no estaba bien, se veía pésimo.
- Jennie, linda...¿está Suni en casa?- le respondió Taehyung, tratando de sonar calmado.
- Sí, Tae, pero entra mientras esperas...
- No, gracias Jennie, prefiero esperar acá...- le dijo, tratando de sonreír. El resultado había sido más bien aterrador.
Jennie le dedicó una mirada dubitativa, pero le hizo caso. Subió las escaleras a buscar a Suni. Taehyung se quedó afuera y encendió un cigarrillo, con manos temblorosas.
De pronto sintió de nuevo la puerta al abrirse al cabo de unos minutos.
- ¿Tae? ¿Qué pasó? – le dijo, acercándose a observarlo, buscando lo que estaba mal.
Lo vio lanzar el cigarrillo y acercarse a ella con paso firme, decidido. La miró por unos segundos, expectante. Por algún motivo, Suni sabía lo que venía, pero no lo detuvo.
Taehyung la tomó de las mejillas y la besó desesperadamente, como si quisiera robarle hasta el último aliento con ese beso. Ella respondió al instante y lo abrazó por la cintura, a pesar de que percibió el olor a alcohol que emanaba de su boca. De su linda y sensual boca que parecía querer devorarla ahora en ese ritmo arrasador. No le importó en lo más mínimo.
Fueron bajando la intensidad del beso poco a poco, hasta que sus labios se juntaban en pequeños y suaves besos.
Taehyung la tenía atrapada aun con sus manos aun en su rostro.
- Supongo que eso, más lo de la mañana hacen un sí, ¿cierto? – le dijo Taehyung casi en un susurro.
Suni sonrió, encantadora.
- Seamos claros, Tae.- le dijo, seria, pero sin soltarlo del abrazo que aun mantenían.- ¿Es un juego entre tú y yo, verdad?
- Sí.
- ¿Alguien más lo sabrá?
- Nadie, si tú no quieres.
- ¿Y si de pronto, no sé... algo ocurre... y ya no queremos jugar? – le dijo mirándolo a los ojos.
- Suni, tú y yo somos adultos, ¿no?. Es simple. Si de pronto ya no quieres jugar, o yo ya no quiero jugar, es cosa de hablarlo y el juego se acaba. Tan amigos como siempre. ¿Vale?
- ¿Así que esas son las reglas del juego?- preguntó Suni.
- Exacto. ¿Qué dices?
Suni se acercó y volvió a besarlo provocadoramente.
Taehyung sonrió maliciosamente. Ya sabía la respuesta.
- Entonces es un sí.
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Mis bellas/os..... la vida laboral me consume....pero aqui estamos!!!! Fighting!!
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/// Las reglas del juego ///
FanfictionDe los juegos siempre se obtiene diversión, ¿no? - Yo quiero toda la diversión que puedas darme. - dijo Taehyung. ¿Aceptas?