Once

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Taehyung tomó la carretera en dirección a la tienda que habían visto horas atrás. Habían hecho el camino en silencio, presos de una tensión expectante. Taehyung percibía la energía que parecía emanar del cuerpo de Suni, a pesar de que cada vez que volteó a verla ella parecía perdida en sus propios pensamientos, jugando con su cabello en absoluto silencio.

Tal vez no debió habérsele insinuado tan explícitamente. ¿Qué le pasaba a Suni ese día? Parecía no responder a sus provocaciones, y todavía le retumbaban las palabras que le había dicho en la mañana frente a la playa.

"Recuerda que es un juego", le había dicho. Obvio, lo era, pero sentía una especie de amargura de que Suni pareciera estarse arrepintiendo.

Orilló la camioneta cuando llegó a la tienda y estacionó. Bajó de la camioneta en silencio, rodeándola.

- ¿No vas a bajar, Suni?- le dijo, asomándose por la ventana, que Suni había bajado durante el trayecto.

Silencio.

Qué mierda te pasa Min Suni.

- ¿Suni? – insistió Taehyung.

Suni bajó en silencio y cerró la puerta de la camioneta bruscamente. Taehyung la vio surcar la corta distancia que los separaba y, agarrándolo del cuello de la sudadera, lo besó repentina y bruscamente. Tardó un par de segundos en reaccionar, sorprendido. Ya sabía lo sensual y caliente que podía ser Suni cuando se lo proponía, pero aun no lograba superar el halo de encanto que se le prendaba cuando la veía así. No sólo le respondió el beso, sino que además aprovechó el impulso de ella y la atrajo hacia su propio cuerpo y la mantuvo así hasta que la intensidad del beso fue bajando.

Suni se separó un momento y suspiró.

- Consigue una habitación ahora.- le dijo, resuelta. Lo había pensado todo el camino y sabía que si no se atrevía en ese momento, tal vez comenzaran a ganar sus inseguridades.

Si Taehyung no la hubiese tenido enfrente, si no hubiese visto su rostro al decir esas palabras, hubiese creído que había escuchado mal.

- ¿Pe-perdón?- dijo, tragando saliva.

- Ya oíste, Taehyung. Quiero ir a una habitación ahora. Si no quieres, dilo, ya.

Taehyung sonrió, aun incrédulo. Sacó su móvil del bolsillo, y marcó el primer número de motel que encontró. La vida universitaria le había enseñado muchas cosas. Una de ellas era que siempre debía tener el número de un motel a la mano. Nunca se sabía cuándo sería útil.

Como ahora, pensó, sonriendo para sí.

Suni lo vio alejarse de ella unos pasos cuando supuso le habían contestado. Aprovechó de encender un cigarrillo. Lo vio colgar el número, contrariado. Lo vio intentar de nuevo y lo vio también volver a colocar esa mirada de frustración que ya conocía. Lo vio intentar varias veces.

Algo pasa.

- Taehyung... ¿pasa algo? - le dijo finalmente, mientras exhalaba el humo de su cigarrillo apoyada en la camioneta.

- No hay habitaciones disponibles.- soltó Taehyung, cortante.

- Es una broma.

Se miraron un segundo y Suni supo que no era una broma.

Mierda.

- ¿Intentaste en el de la carretera?

- Sí.

- ¿Y en el que cruza con la interestatal?

- Sí.

¡Mierda!

- Pues ni modo, ve por la cerveza y larguemos la vuelta.- dijo Suni en el tono más molesto que Taehyung le había escuchado hasta ahora, mientras subía a la camioneta. Él estaba tan molesto como ella; por fin tenía la posibilidad de tener a Suni para él solo y los planetas parecían haberse alineado para que eso no ocurriera.

Viró hacia la tienda, resignado. Anduvo unos pasos y se detuvo en seco.

Volvió hacia Suni y en un movimiento rápido abrió la puerta delantera de la van, agarró a Suni por el brazo y la atrajo hacia sí, tan repentinamente como ella lo había hecho minutos antes.

Ella respondió inmediatamente; tal vez el consuelo sería una sesión de besos con Taehyung. Taehyung parecía querer devorarla, liberar toda su frustración en esos besos ardientes. Suni sintió su cabeza dar vueltas, perdida en la sensación del placer que le daban la lengua y los labios de Tae.

Suni sintió un tirón en el muslo y pudo adivinar la intención de Taehyung. La hizo rodear su cintura con sus piernas y la elevó del suelo. Ella cerró los ojos más fuerte, decidida a no abrirlos o se arrepentiría de lo que iba a suceder. Escuchó, aun entre besos, el sonido de la puerta trasera de la van abrirse, mientras Taehyung, haciendo gala de su fuerza masculina, la trasladó hacia la parte trasera de la van.

/En la playa/

Jungkook miró su reloj, sin dejar de pensar por qué rayos Tae y Suni demoraban tanto en llegar. Sabía que la tienda no era muy lejana, la habían visto cerca de donde estaban ahora, casi llegando en la mañana.

Pero lo que más le daba vueltas en la cabeza era el repentino cambio de Suni al llamado de Tae. Había ido enseguida, aun cuando él se ofreció a acompañarlo. ¿Qué pasaba entre esos dos? ¿Dónde estaban? Pero sobre todo... ¿qué estaban haciendo? La había llamado, pero Suni no contestó.

Pasaron varios minutos más y no aguantó.

- Hey, Namjoon hyung... creo que iré de camino a la tienda. Creo que algo les ha pasado a Tae y Suni...

- Aigoo, Kookie, que buen amigo... - respondió Hoseok, quien claramente no estaba en buen estado como para acompañarlo.

- Pero Kookie...¿irás a pie? – le señaló Jin.

- Creo que puedo trotar hasta allá, no me tomará mucho.

- Ve, Jungkook y cualquier novedad avisas.- dijo Nam mientras Jungkook ya se alejaba de ellos, agitando la mano en señal de adiós.



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Acá en Chile hoy se celebra el día de las MAdres. Un abrazo fuerte a todas las mamis armys!!! 

Saludos!

/// Las reglas del juego ///Where stories live. Discover now