Idiota.

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Esa sensación de estar siendo observada de pies a cabeza, le escocía las venas con suma lentitud. Haneul se encontraba en una lucha mental, junto con el gran enojo que sentía por su mejor amiga en esos momentos y el que hacer con la mirada penetrante de el castaño guapo que se encontraba a escasos metros de ella.

Casi no podía procesar las palabras de su mejor amiga, ella hablaba pero no podía ponerle atención. Sabía que trataba de convencerla de ir a esa estupida fogata, aunque ella había repetido incontableces veces que no. El rubio Jimin esperaba con su amigo recargados en sus motocicletas, esperando su decisión.

En ese entonces tuvo contacto visual con él y recibió corrientes eléctricas por todo el cuerpo.

-Prometo no regresar tarde, le diré a Jimin que nos lleve de vuelta en cuanto el sol se ponga.-la pelinaranja rogaba con insistencia.

-No puedo creer que estés haciéndome esto.

-¡Lo juro!

Iba abrir la boca para volverse a negar, pero en ese momento se dio cuenta que los chicos que esperaban impacientes se habían acercado. Jimin colocó su brazo por encima de los hombros de Erin, la cual, puedo jurar, que se quedó sin respiración al instante.

Y el castaño, se posó frente a ella. Nuevamente cara a cara.
Trato de verse completamente estable frente a él, pero sabía muy en el fondo que quería bombardearlo de preguntas.

-Haneul...¿Nos acompañarás si o no?-Sus ojos no dejaban de conectarse, aunque ella sintiese que se le venía el mundo encima, él estaba neutro.

-No digo que no suena divertido, solo...

-Prometo que si vuelves a emborracharte, muy bien que puedo meterte de nuevo en mi cama.

Para ese entonces, con esas simples palabras el corazón de la pelinegra comenzó a latir intensamente. Tanto ella como las dos personas atentas a su conversación se quedaron boquiabiertas. ¿Había escuchado bien? ¿Tan...poca cosa la cree?
De repente la electricidad que sentía en el cuerpo tuvo un corto circuito, prendiendo fuego hirviente en su lugar.

-Es grandioso...-La pelinegra comenzó a hablar, avanzando dos pasos frente a él- que creas que soy tan fácil de meter a la cama. -El chico alzó sus cejas, captando el tono de enojo de la pequeña- Si, admito que cometí un error y me disculpe por ello. Pero no tienes por qué hacer ese tipo de comentarios. Me enferma.

No le pasó desapercibido la risa burlona del acompañante del castaño. Sus ojos viajaron unos segundos a ese rubio el cual cerró la boca al notar la mirada indiferente de Haneul. Había soportado los comentarios de todos sus compañeros ese día, no necesitaba más. No podía tolerarlo.

-Si vienes, prometo no volver a hacer comentarios.-La voz ronca y suave que escuchó frente a ella le hizo volcar su atención- Hasta puedo contarte como es que tienes eso...en tu cuello, cielo.

Los dedos del chico se acercaron a la bufanda de la chica, removiéndolo con diversión por lo cual ella lo sostuvo con fuerza.
Su estómago se comprimió con violencia, sentía claramente el nudo atascado en su garganta. Y unas fuertes ganas de vomitar por todas las emociones encontradas.

-¿La marcaste?

Sus ojos viajaron al rubio, que ahora se encontraba serio y sorprendido, su expresión era una lectura abierta por las últimas palabras de su menor. Solo pudo ver la sonrisa cínica del castaño antes de comenzar a retroceder.

Under ;; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora