capítulo 2

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No salió como lo esperaba.

Después del desayuno, comenzaron a hablar sobre el tema de los herederos. Mi padre fue sincero con los reyes y comentó que aun seguían buscando la manera de resolverlo, todavía faltaba mucho para que esto sucediera, que porfavor le tuvieran paciencia. Aún con duda, la mayoría lo aceptó; a excepción del rey Lenin Ivanov de Rusia. Reclamó furioso que estábamos llendo en contra de las reglas, que ellos no tenían la culpa de que nosotros hubiéramos nacido gemelos. Solamente querían escuchar el discurso del próximo heredero y nada más, sin excusas o mentiras. Al ver que mi padre no le obedeció, se levantó de su asiento y salió del lugar, detrás de él iban la reina Zoe y Elena.

«nosotros tampoco tenemos la culpa»

—Pensé.

No sé porqué las personas no comprenden que nadie en lo absoluto tiene la culpa de que nosotros hayamos nacido así, ¡Nadie! Fue algo que solo surgió por naturaleza. Me daban ganas de arrancarle la cabeza, estaba más que enfadado con él. Ahora comprendía por que Elena no quería que entrara con ella al salón de eventos. Su padre es muy impulsivo, me hubiera gritado que porqué ando atrás de su hija y entonces, todo se pondría más tenso que ahora.
Los demás que estaban allí, nos dieron una condición por su aceptación:
"Teníamos que volver a hacer la reunión dentro de 10 meses con un veredicto final de quién será el próximo en gobernar".

-Sólo tenemos diez meses para saber quién ganará el trono.- decía una y otra vez en voz baja.

Despedí a los invitados, puesto que ya se había terminado la reunión, ya tan solo quedaban unos pocos. Mi padre después de dar finalizado el discurso que había preparado, se marchó de ahí, igualmente enfadado por el tremendo escándalo que hizo el rey Ivanov. Seguramente saldría todo esto en las noticias, habían reporteros en el castillo para mantener informada a los ciudadanos del país. Este problema se estaba volviendo más grave. Mi familia cuando se marchó el rey Ivanov, dió su palabra que esto ya estará resuelto para cuando pasen los seis meses, por eso todos aceptaron. Pero si esto no ocurre como mi familia prometió, matarán a mi padre y madre; por no cumplir su promesa. A nosotros nos quitarán el reino y seremos despojados del país. Todo esto se estaba saliendo de control.

Cerré la puerta principal. Ya todos se habían ido. Empecé ayudar a Alissa con los platos para llevarlos a la cocina. Solamente me quería distraer de toda esta situación, que sin darme cuenta, me quedé pensando en todos los problemas que tenía. Alguien me hizo reaccionar pues estaba moviendo su mano enfrente de mi para que le hiciera caso. Volteé para fijarme quien era dueña de esa mano y veo a mi madre parada enfrente mío con una ceja alzada.

- ¿Estás bien Kendall?—preguntó mi madre con mucha curiosidad de saber mi respuesta.

- Lo estoy, solo ando distraído. Nada del otro mundo.- dije y me encogí de hombros. Comencé a caminar directo a la cocina para dejar los platos que traía de las mesas. Unos segundos después, escuché pasos detrás mío.

- Hijo sé como te sientes. Son muchos problemas los que estamos pasando en estos momentos, pero no dejes que te afecten. En la vida enfrentarás problemas graves como este, pero si sabes como superarlos y seguir adelante, cualquier problema se te harán fáciles de resolver. Anda vete a tu habitación a descansar un rato, lo necesitas. Yo ayudaré a Alissa. - me abrazó y me quitó los platos.

- Gracias mamá por todo, de verdad.- le sonreí y salí de la cocina.

Estaba caminando para ir hacia mi habitación, pero tenía que pasar por el salón de eventos primero. Lo ví y al parecer habían llegado más ayudantes para que terminaran más rápido. Me alegró mucho, porque no sería tanto trabajo para las del aseo. Seguí caminando y pasé por la segunda puerta del salón. Estaba cerrada. A lo mejor solo tienen abierta la primera; No le tomé importancia.
Seguí caminando y empecé analizar cada una de las decoraciones del castillo. Eran hermosas, tenían en los muros, unos bellos recuadros con algunas fotografías de nosotros, otras de nuestros ancestros y algunas pinturas de famosos muy reconocidos en el mundo. Le daba un toque cliché y quimérico al castillo. Me gustaba mucho este lugar desde que era pequeño. El tapiz de toda la estancia era de un color vino, que hacía lucir más elegante todo. Me fascinaba.

Los Gemelos Erlich Donde viven las historias. Descúbrelo ahora