capítulo 8

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La biblioteca era gigantesca. Desde afuera se podía apreciar la inmensidad de la misma. Su estructura era algo vieja pero se veía en un buen estado, era un lugar increíblemente asombroso.
A un lado de mí se encontraba Lili observando de igual manera. Los dos seguíamos con la ropa húmeda aunque en este momento no era relevante para ninguno.

-Me alegro que por fin terminara la lluvia, ¿No lo crees?-preguntó mientras se acariciaba el cabello.

-Vaya que sí pero no duró mucho, una media hora aproximadamente. Espera, ¿Alguna vez habías venido a este lugar?

-¿Por qué lo preguntas?

-¿Por qué me respondes con preguntas?-. Se escuchó una risilla proveniente de ella, segundos después reí un poco. Todo se calmo y se tornó serio de nuevo; enseguida intervine.- Hablando enserio ¿Habías venido?

-No. Planeaba venir algún día pero he tenido demasiado trabajo y estudio, así que no me daba tiempo libre para darme una vuelta por estos rumbos y debo admitir que me perdía de mucho.

-Lo hacías. Estabas impactada mirándole, así que me resultó extraño.

- Oh sí, solo que me sorprendió porque es enorme. Deberíamos entrar.-enseguida se adentró al edificio.

Entré y todo se veía irreal, como de película. Una biblioteca tan ostentosa y a la vez con un toque rústico. No se comparaba nada con la que teníamos en el castillo. Tenía un mostrador bastante grande donde se encontraba una persona mayor limpiando el gabinete. Atrás de ella se podía apreciar los enormes estantes con libros de diversos colores; y en medio de eso, se podía apreciar unas escaleras en forma de caracol para las secciones que se encontraban arriba. Cada estante tenía su propio número en un costado, donde pudiese divisarse con mayor claridad. -la mejor explicación que pude darle a eso, es para identificar cada unos de las clasificaciones que había en los libros-.

-Me agrada.-Comentó con sorpresa.

-A mí también.

-Iré a preguntarle al señor de ahí, en dónde se encuentran los libros históricos, no tardo.-dicho esto, asiento y camina al mostrador.

Seguía embobado sobre el maravilloso lugar en el cual estaba adentro. Me sentía como un niño pequeño, mirando cada rincón del dichoso edificio.
Parecía no haber mucha gente por aquí, solo se veían como unas diez personas en el perímetro donde me encontraba.

Liliana regresó conmigo. Venía distraída con una especie de mapa el cual veía detenidamente. Con curiosidad me acerqué más a ella para verificar si estaba en lo correcto; y así era.

-Dijo que había dos muebles grandes, en donde se hayan los libros históricos, pero hay un pequeño inconveniente, no están en el mismo lugar. Mencionó que uno estaba arriba y uno abajo, después me dio esto.

-Entonces, ¿Ya los encontraste en el mapa o quieres un poco de ayuda?

-Tengo entendido que ya los encontré. El de arriba está subiendo las escaleras; al fondo a la izquierda, estante 1200. Y el de abajo, está al fondo a la derecha, estante 400. Bastante lejos los dos.

-Te parece si nos separamos para buscar en los dos sitios, puede que lo encontremos más fácil.-sugiero con recelo.

-Pensaba lo mismo Kendall. Yo quiero checar abajo porque quiero seguir mirando este lugar magnífico. ¿No hay problema cierto?

-En lo absoluto. Cuando encontremos algo relevante, vamos con el otro para comentárselo.

-Me parece bien. Entonces me iré ahora, nos vemos en un rato.

-Bien.

Avancé a las escaleras para después subirlas.
Cada escalón que subía, me hacía recordar el castillo. Sutilmente me llegó una nostalgia. Las escaleras tenía un parecido a las del castillo. Ya que eran de una madera muy bien tallada dándole un café con un brillo espectacular. Arriba estaba de igual manera, decorado como se encontraba abajo. Había demasiados estantes con libros y para los lectores como yo, era un paraíso.
Camino a la dirección que me indicó Liliana y a lo lejos divisé el estante con el número 1200. Estaba despejado, había escasas personas en la biblioteca a lo que me percaté.

Me paré frente al gran muro de libros y sin dudarlo, comencé a buscar uno por uno, para ver cual era de mi necesidad. Los primeros diez, tenían temática sobre algunas guerras que hubo en el país, mucho antes que comenzaran la historia de los reinos, lo descarté al momento de leer el título. Por consiguiente, los cinco libros que vi después, eran sobre como comenzó todo sobre los reinos, esos llamaron mi atención al instante, pero no me servían para lo que buscaba, así que los rechacé. Tal vez para la próxima.
Por último, estaban más libros que simplemente no me servían en lo absoluto, lo cual me desanime un poco. Los únicos que me faltaba por revisar eran dos, con una longitud grande que los hacia más interesante.
Con sumo cuidado los bajé poniéndolos en la mesa. Leí el título de cada uno y efectivamente, estos eran los que estaba buscando.

"Reglas y normas sobre todos los reinos.
No pierdas de vista a los gobernantes de cada país."

En este libro debería de estar, lo presentía.

Me senté en los sillones que había ahí para los lectores y comencé a leer el libro.

A los pocos minutos escuché un estruendo, como si se hubiese caído un enorme objeto pesado. Alcé la vista para revisar que todo mi entorno estuviese bien; y lo estaba. volví a mi lectura con tranquilidad. Pasaron unos segundos y volvió a escucharse el mismo sonido. Desconcertado, me levanto y camino entre los estantes de libros para revisar todo el piso de arriba.
Llegué al lugar principal en donde se encontraban las escaleras y desde ahí, se podía inspeccionar todo. No podía ver nada fuera de lo usual. Todo está correctamente arreglado.
Las personas que andaban en el sitio, caminaban y miraban los estantes, como si nunca se hubiese escuchado algo extraño.

Aun con la duda, trato de no darle vueltas al asunto y regreso de nuevo para seguir leyendo.
Cuando me siento; no pasó ni un minuto cuando se escuchó otro estruendo, más fuerte que los anteriores. Frustrado me levanto y nuevamente salgo entre los estantes.

No podía creer lo que estaba mirando.

Era él...denuevo.

Los Gemelos Erlich Donde viven las historias. Descúbrelo ahora