Como sea, me perteneces.

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Alli se encontraba. 

Aun sumergida en el agua, con su cabeza hecha un completo caos, ya que no sabia que pensar. 

Estaba casi segura que esa bruja, con tal de hacer sufrir a su mal hablado hanyou, habia dicho que necesitaba placer sexual, no solo placer al comer o al recibir una caricia. Con tal de humillarlo mas de lo que el peli plata lo habia hecho, le pedia, para romper el hechizo, placer sexual. 

Pero, suponiendo que Inuyasha se le cruzara la loca idea de aceptar su propuesta, ¿Quien seria el indicado para hacerle eso a ese hanyou? 

Estaba segura que pidiera a quien se lo pidiera, al ver a esa joven de extrema belleza, diria que si al instante, pero se negaba a dejar que cualquier extraño se aprovechara de ella. Eso estaba definitivamente fuera de discusión. 

Podria pedirselo a Miroku ya que, siendo un pervertido pero, sobre todo, amigo de Inuyasha, podria hacerle el favor. Pero estaba convencida que, una vez roto el hechizo, el peli plata huiria con tal de no ver nuevamente la cara del monje. Su orgullo no se lo permitiria. 

Otra opcion seria Kouga, pero tambien conocia suficiente al hanyou como para saber que no dejaria que el lobo tocase uno solo de sus cabellos, aunque su vida dependiera de eso. Y valla que asi era. 

O quizas, era solo ella que metia excusas para no dejar que nadie tocase a su hanyou. 

Abrazo sus piernas, escondiendo el rostro entre ellas, ya que se sentia la peor personas del mundo. Simplemente podria ir y preguntarle a Miroku, y no perder tiempo ahi sentada, pero no podia. Su cuerpo no se lo permitia. 

- Eres una mala persona - Se dijo a si misma, casi llorando. 

¿Por que no podia hacerlo? La vida de su hanyou dependia de eso, y ella era solo una niñata egoista. Hasta Kikyo podria hacerlo... 

- ¡Eso es! - Grito, corriendo fuera del agua. Tenia una genial idea y, aunque le daba muchisima verguenza, seria mejor que nada. 

***

N/A: Esta parte contiene escenas yuri. Si te sientes incomod@ leyendolo, por favor, no lo hagas y pasa al siguiente capitulo. No me hago cargo ni responsable de los traumas psicologicos que puedan llegar a tener por esta historia. 

Los quiero! 

***

Aun no podia creer que Kaghome le hubiese dicho eso. 

Era una mujer, era verdad, pero no aceptaria que entraran en su cuerpo. Miroku era su amigo, luego no sabria como mirarlo a la cara. Kouga estaba fuera de discusion, moriria antes de permitir que ese lobo sarnoso entrase dentro de su cuerpo con su asqueroso miembro. ¿Y un extraño? Le daba asco de solo pensarlo. 

Escucho unos pasos acercandose, lo que hizo alertarse, pero se relajo al sentir su aroma tan conocido.

- ¿Que quieres? - Le pregunto desde la cima de un arbol. 

- Baja. Quiero que hablemos - Se escucho su voz, logrando que Inuyasha responda enseguida y, de un salto, bajo delante de ella. 

- ¿Que...? - Y su voz se interrumpio al verse sorprendida por ese beso. ¿Que estaba haciendo? - Kaghome soy... 

- Mia - Murmuro, escondiendo el rostro en su cuello - No importa como eres. Hombre o mujer. Como sea, me perteneces - Y como si fuera una promesa, volvio a besarla, esta vez con mas pasion. 

Aprovechandose de ser algo mas alta que la pequeña hanyou, la acorralo contra un arbol y comenzo a recorrer su cuerpo, que tanto le gustaba, con sus manos. 

Una loca historia.-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora