Lector, ¿qué es lo que hace hace a tu vida tan maravillosa?
¿Cuál es el milagro que la hace tan especial?
_____________________________________________________________________________Una chica, de tan solo dieciséis años, mira el techo de la blanca habitación, donde ha tenido que vivir los últimos años de su frágil vida.
Sus brazos son frágiles, ante la nula presencia de la normal carne; sus antiguos ojos de vivido color ahora son de un nebuloso blanco opaco, lo cual opaca gravemente su vista; su lustroso cabello azabache desapareció hace mucho tiempo atrás, en culpa de todos los tratamientos químicos fluyendo por su sangre; su nula fuerza en su cuerpo, solo rompería sus finos huesos en el evento que diera algún paso; ante la imposibilidad de salir se provocó la ausencia de la luz solar, la cual ha olvidado su sentir y ha convertido su pálida piel sin defensa alguna.
Esta chica ha luchado todo su tiempo, por salvaguardar la poca vida que fluye en su cuerpo. Ahora está llorando de forma descontrolada ante la impotencia de la muerte. Minutos antes un hombre de bata blanca, conocidos desde que se conoció sobre su tortuosa muerte, le informó que su muerte ya no podía ser evitada, este era el límite de la ciencia. Las palabras que dijo aun resonaban en la mente de esa chica, como una marca que se cicatrizó en su piel: «Te quedan unos días si otro milagro sucede, en el peor caso, cualquier momento podría ser el último» fue lo que podrías llamar, el abandono a toda esperanza.
Esa chica, entre sollozos, lanzaba inaudibles gritos, solamente apreciables en la blanca habitación. Su conciencia lloraba de forma desesperada, ante la impotencia de su inamovible muerte en este frío cuarto; el cual está plagado de absoluta tristeza y soledad.
Sus padres, aunque invirtieron todo su amor y fortuna por mejorar la salud de su hija, solo pudieron mantener el flujo de efectivo; el trabajo tomó todo su tiempo, para mantener la fortuna que ató completamente sus sentimientos. Sus hermanos y hermanas no tenían la oportunidad de visitarla, al ni siquiera estar en la misma ciudad debido que necesitaba un lugar único del mundo.
Al final, ella solo podía resignarse ante sentido de vida que tuvo que vivir. Su único talento fue lo que el Internet proveyó y su propia ambición de dejar tantas marcas de vida entre novelas, dibujos y todo tipo de arte que pudiera construir, con sus débiles manos, los cuales aprendió desde incluso antes de tener sólo infantiles ocho años. El rostro de quien le enseñó a dejarlas resuena en su mente, como el único salvador ante su impotencia, aunque nunca construyó una obra maestra, si pudo crear un flujo de dinero que logró hacer nacer de sus ligeros esfuerzos; en sus últimos momentos profundamente agradecía esa ancla que mantuvo su voluntad de vida hasta el límite.
Cada año vivía creyendo que sería el final, pero ya había llegado hasta lo imposible, dónde su propia vida ya era considerada un innegable milagro.
—Niña, he venido a ayudarte como tanto has rogado —Mientras se retorcía en su total desesperación, una susurrante voz hizo eco en toda la habitación.
—¿Qué...? —La, imperceptible, rasposa voz de la chica salió, casi inaudible, de su boca. Las lágrimas, cuales corrían sin control, se detuvieron de inmediato ante la sorpresa de esa sinuosa voz.
Ante su pregunta, cual realizó por simple inercia, el lugar se llenó de un aura fatua, con luces que creaban una imagen fantástica, un flujo de azulado y negro, que salía de cada superficie hacia el aire; sus ojos opacos brillaban al apreciar la poca de esta imagen hacia su mente; solamente el blanco de la habitación era la que rompía la efímera y etérea imagen, con el masivo peso de la realidad.
Las sábanas fueron jaladas y las cortinas se arremolinaron en medio del aire, se entrelazaron formando la imagen de un torso con manos hechas de telas y una cara oculta en una capucha.
El ser frente a ella era solo describirle como un fantasma de tela entrelazada, dando la sensación de ser una enigmática persona oculta; sus pies no podían ser vistos y se apreciaba como si sostuviera del mismísimo vacío.—¿Qué eres? —preguntó estupefacta la chica, quien solo podía ver siluetas con sus turbios ojos.
—No importa quién soy. He venido porque tras escuchar tu moribundo grito de tristeza, miedo, y agonía; he decidido hacerte un trato —La voz resonó desde la nada, en cada rincón del lugar.
—¿Trato?
—Si, dame todo de ti y en cambio, yo te daré un nuevo comienzo y una honorable vida.
La chica solo repitió las palabras de este ser, tan dulces que no puedo evitar soñar con caminar y ver las calles por si misma; pensó en tener una caminata por un verdoso parque, salir a ver el inconmensurable océano y nadar en sus magníficas aguas.
Su sonrisa demostraba lo alegre que le hacía tal idea, la cual había sido deseada desde lo más profundo de su ser, aunque fuera lograrlo solo por un corto período.
—¿Qué haría? —preguntó sin ocultar la desbordante felicidad, de su moribundo cuerpo. Ella no podía ocultar su alegría, su deseo más deseado estaba ofertado frente a ella.
—Cumplirás mis ordenes, trabajarás para mí. Serás libre de este cuarto de muerte, pero mis deseos serán tú absoluta prioridad. —La voz de este ser se escuchaba dentro de ella, susurrando una maldición de esclavitud.
—¿Qué tanto?
—Vivirás yo imponga, abandonarás, matarás o hablarás lo que yo deseé; yo soy quien decidirá tu destino, te daré una labor, pero cual te voy a recompensar gratamente y de igual manera te protegeré de cualquier peligro.
La chica lo pensó por un largo tiempo, a la par podía sentir su corazón, latir débilmente, avisando que incluso este momento era un regalo y que en cualquier instante detendría la esperanza de su vida.
"No importa que tenga que vivir, si puedo caminar con mis propios pies y ver el mundo con mis propios ojos; entonces será una vida mucho más digna de vivir."
—Acepto —dice la chica con voz fuerte. Una voz que no había usado, al no tener fuerzas para ella por muchos años, pero en esta ocasión apostó todo su ser ante lo desconocido.
—Yo te protegeré, por lo cual solo debes descansar de tu lucha eterna.
La niña al escuchar el eco de sus palabras, solo cerro sus ojos y dejó que su cuerpo dejará de luchar por la vida; cesando su resistencia contra la muerte.
En ese momento la chica se rindió ante la muerte. Abandonó la mismísima voluntad, que le dejó sobrevivir durante años como un magnífico milagro y se convirtió en el sinuoso peón de lo desconocido.
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Peón de la Calamidad
FantasyYo no pude vivir, tampoco pude amar; pero antes de morir, ese ser me concedió un milagro. Deseé lo que toda chica quiere; ser libre, para vivir sin ataduras. Mi nombre es Liv y esta es mi historia, de como reencarne en una Súcubo; una maldita raza...