Capítulo Ocho: Hojas de Otoño

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"Querido Yuuri:

No tengo mucho que contarte, las clases son aburridas como la mierda y si no fuera por Otabek de seguro me quedaría dormido.

¿Has escuchado eso que dicen? Sobre qué alguna gente es buena en cosas que no le gustan.

Por ejemplo, tú engordas fácil y lo odias. Yo odio toda esta maldita carrera, pero los cursos me son relativamente fáciles.

Al menos sé que de los pocos exámenes que he tenido en este inicio, me ha ido a la perfección. Aunque como resultado, mi abuelo no deja de decirme que es porque "lo llevo en la sangre", pero yo sé que es porque de seguro me lleva adoctrinando sin que me de cuenta.

Pero ya es mucho hablar de mí, aunque sé que te encantar leer mis correos~

¿Qué tal te ha ido? Espero que bien, según me indicaste en el último correo, si bien se te ha complicado un poco, me aseguraste que lo estabas llevando bien.

(Ánimo, que ya vas en el segundo trimestre... creo. No entiendo como funcionan las clases en Japón).

Espero que sea cierto, o sino no dudaré en viajar a Japón para darte un golpe en la cabeza.

Ah, sobre la universidad. No es tan horrible como creí... es peor. Dicen que la universidad es genial porque estás con gente con tus mismos gustos pero para mí, que estoy casi literalmente obligado, todo el mundo en mi clase se me hace desesperante.

Si hubiera un incendio en el salón, creeme que no me tomaría la molestia de encender la palanca de incendios.

Con cada día que transcurre, me convenzo de que todos son las versiones jóvenes de los adultos que me encuentro en las reuniones de mi abuelo. Y ni hablar de las chicas y los omegas. Mila parece una santa en comparación a todas esas arpías.

"¿Yuri quieres almorzar con nosotras?" "¿Por qué tan serio?" "¿Tú pareja no se molesta si te pido tu correo?"

Matenme. Como si fueran tan estúpidas como para no entender las primeras cinco negativas.

Sin embargo, no todo es tan horrible. La orquesta es realmente increíble.

Hoy por fin me ascendieron a primer violín. ¡Ya era hora! Fue genial ver la cara de envidia de los otros primeros violines, se estaban creyendo mucho y necesitaba bajarlos de su nube.

Ah, y sobre la receta que enviaste el otro día, se la entregué a tu madre. Me invitó a cenar esa misma noche, pero se hace extraño si no estás tú. Digo, es raro poder repetirme de plato sin culpa de tenerte al lado mirándome como si te estuviera traicionando.

Da igual, espero que la estés pasando bien. Noviembre está empezando y ya verás que es pan comido~

PD: Recuerda que si algún grupo de idiotas te jode, puedes decirle a Viktor.
2PD: Y si Viktor no te ayuda, seré yo quien vaya a patearle el trasero a esos idiotas.

Atentamente, Yuri"

Revisó un par de veces el mensaje antes de apretar enviar. No quería terminar diciendo algo sin sentido por darse prisa y acabar dándole material de burlas a Yuuri.

Ya había tenido mucho de eso la última vez.

Miró la hora en su computadora y eran las seis de la tarde, haciendo cuentas de seguro Yuuri ya debería estar durmiendo, así que leería el correo a la mañana siguiente. Con una sonrisa imposible de ocultar, Yuri soltó un suspiró y abandonó la computadora. Ya que se conoce bien y sabe que si sigue allí haciendo quién sabe qué cosa, la ansiedad en espera de una respuesta solo iría en aumento.

❀ Brotes de Invierno ❆ 【 Omegaverse】「𝒴𝓊𝒴𝓊𝓊」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora