Capítulo Cinco: El Ojo del Huracán

2.7K 347 113
                                    

❄❀

Esa aura alegre y amable que siempre lo rodeaba podría transferir muchas ideas, algunas de ellas, erradas. La más común, era que Viktor Nikiforov era idiota. Usualmente era porque confundían su falta de interés en las cosas que no le llamaban la atención, a que él simplemente no las entendía.

Enarcó las cejas y cerró los ojos con tristeza. No le gustaba ser el malo en lo absoluto, pero sí tenía que serlo en pos de un bien mayor, lo sería. Así que apenas vio a su primito con todas las intenciones de gritar, armando un alboroto absolutamente innecesario en la fiesta de boda de uno de sus amigos más queridos, sabía que debía intervenir.

El problema, odiaba con todo su corazón usar la voz alfa. Era algo tan retrograda a su parecer y que pasaba a llevar el respeto que uno tenía hacia otra persona.

Si no fuera porque conocía a Yuri a la perfección, eso nunca hubiera sido una opción.

Pero allí estaba el joven alfa, liberando hormonas territoriales en plena maduración y con esa expresión malhumorada que le conoció desde que era un bebito que no quería dejar el biberón.

"Silencio." Gruñó lo suficientemente alto para que Yuri lo escuchara -y algunos otros alfas y omegas a su alrededor notarán "algo distinto"- pero no tan alto como para que todo el mundo en el lugar le prestara atención, cosa última que habría pasado si el pequeño Plisetsky se hubiera puesto a maldecir.

Pero no lo hacía, se quedó quieto, cerrando la boca, estupefacto ante su propia obediencia. La respiración seguía acelerada y los ojos se abrieron de par en par, clavando una mirada asesina en el imperturbable rostro del alfa de cabello plateado.

"Si quieres decir algo, debes comportarte".

Ahora sonreía con seguridad, más para dirigirles esa expresión a las personas que se detenían a mirar la escena que por otra cosa.

—Dame a Yuuri. No lo conoces, yo lo cuidaré —exigió, con un tono de voz más cortes pero que se oía terriblemente forzado.

De todas las putas personas en la puta fiesta. ¿Tenía que ser Viktor?

—No. No puedes. Yuuri... —empezó con severidad, aprovechando que ya conocía el nombre del omega. Algo irónico que se llamara como su primito—. Estaba a punto de caer al piso y golpearse la cabeza. ¿Sabes lo peligroso que hubiera sido eso? Es una suerte que con Chris estuviéramos cerca -declaró finalmente, mientras miraba al chico en sus brazos con una mueca de preocupación, frunciendo los labios.

Un omega maduro, que no puede mantenerse en pie, en una fiesta llena de alfas que por sus estilos de vida ya han perdido el alma. Él conocía muy bien esas esferas de la sociedad, a sus veinticuatro años nada de eso era nuevo, aunque no dejaba de entristecerle.

—¡Estaba ocupado cuidando a Mila! —Yuri se defendió de inmediato, más que nada dolido al enfrentarse a que en realidad su primo tenía razón.

Había descuidado a Yuuri.

Viktor iba agregar algo más cuando la pelirroja, como invocada por su nombre, apareció, abrazándose a la espalda de su hermano menor y dejándose caer. Comenzó a canturrear su nombre y algunas canciones infantiles.

No es que creyera en los estereotipos, pero algo le decía que los omegas tenían menor resistencia al alcohol.

-Mejor ayúdame a llevar a estos dos a casa, anciano -Viktor río enternecido ante las actitudes del alfa. Si bien estuvo lo suficientemente molesto con él para querer gritarle en medio de una fiesta y armar escándalo, estaba dispuesto a olvidarlo todo con tal de llevar a su hermanita y a ese tal Yuuri a casa.

❀ Brotes de Invierno ❆ 【 Omegaverse】「𝒴𝓊𝒴𝓊𝓊」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora