vi. Shichi (七)

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¿Barrera? Pero yo no vi o sentí nada, pensó Keiko recordando la primera vez que estuvo en la frontera de Konoha.

—Como estamos en un estado de emergencia en estos momentos, debido a la aparición de varios miembros de Akatsuki. No podemos tomar a la ligera tu presencia aquí. —Tsunade terminó de confirmar los temores de Keiko con lo anterior.

Keiko bajó la mirada, notando que sus manos empezaban a sudar, se estaba poniendo nerviosa y este era un pésimo momento para ponerse así.

—La división de intercepción te revisará y serás sometida a un interrogatorio de rutina. Solo para asegurarnos que no eres una espía.

Keiko tragó duro, pero para olvidar su nerviosismo, decidió preguntar algo.

—¿Podría por favor pedirle a sus subordinados que me pagaran el helado que me hicieron tirar? —sonrió.

***

Al salir de la oficina de Tsunade, Keiko fue escoltada fuera de la mansión Hokage por un par de shinobis. Caminaron durante varios minutos en silencio, cuando se detuvieron frente a un edificio blanco con un letrero en café que tenía letras negras que decían: "División de Inteligencia de Konoha"

Una vez en el interior, los escoltas dejaron a Keiko sola en una sala.

La sala se encontraba iluminada levemente, pasaron varios minutos y Keiko recordó la combinación de sellos que Konan le había enseñado en caso de que surgiera una emergencia.

Recordó la secuencia de sellos y terminó ejecutando el jutsu que mantendría la parte donde almacenaba sus recuerdos en su mente protegidos de a aquellos que quisieran invadir su memoria.

Se sentó en el piso, esperando que vinieran por ella. Pero lo único que pudo sentir fue su cabeza dando vueltas y después todo se hundió en la oscuridad.

¿Por qué no me dijiste que este jutsu consumía una gran cantidad de chakra? Pensó antes de cerrar los ojos.

***

Keiko abrió sus ojos, se los frotó para mejorar su visión. Lo último que recordó fue que estaba encerrada en una habitación muy diferente a la que tenía ante sus ojos. La luz del día entraba por la ventana y no estaba más recostada en el piso, ahora estaba en una cama. Usando un camisón.

—¡Ahhh! ¡¿Dónde está mi ropa?! —gritó Keiko cuando notó que lo único que tenía era ese sencillo camisón de hospital.

Se acercó a la ventana, no estaba en un piso tan alto. Si tan solo pudiera encontrar un par de pantalones, a pesar de que no había mucha gente afuera prefería tener la seguridad de que no hubiera un pervertido viendo más de lo que debía.

De pronto escuchó voces en la habitación de al lado.

—¡El ninjutsu médico no puede curar las heridas al cien por ciento! —dijo una chica en la habitación contigua.

—La verdad es que... me siento muy bien... estoy muy feliz —respondió un chico.

Keiko reconoció la voz de él, pero ahora sonaba tranquilo, satisfecho. Pegó su oreja a la pared para seguir escuchando, sin embargo no pudo oír más porque escuchó que la puerta se abría.

—¿Qué haces de pie? Se supone que debes descansar, —Tsunade la regañó.

—Pero ya estoy bien. —Keiko se quejó.

Después de que Tsunade entró, detrás de ella apareció una shinobi con el cabello castaño oscuro, mirada tranquila, lo más curioso era que cargaba un cerdito.

—Debes guardara reposo, te desmayaste por no descansar bien y no alimentarte adecuadamente. —Completó Shizune.

Keiko no tenía elección, se sentó sobre la cama, subió sus piernas y regresó a su posición inicial.

—¿Van a llevarme otra vez a la División de Inteligencia? —preguntó Keiko, temiendo lo peor de nuevo.

—No será necesario, Ibiki e Inochi pudieron entrar en tu mente y no descubrieron nada sospechoso —les informó Tsunade tranquilizándolas.

Konan eres una genio, pensó Keiko. En este momento se sentía muy orgullosa de su hermana mayor.

—Entonces ¿cuándo podré salir de aquí? —inquirió Keiko, pensando que quizá no sería tan malo tener un descanso.

—Mañana se te dará el alta. Pero hay otra de la que quiero hablarte, —Tsunade bajó el tono de su voz, sostenía una hoja de papel y aunque Keiko trató de leer lo que decía de manera disimulada no pudo.

—¿Ahora que fue lo que hice? ¿Cuándo recuperaré mi helado? ¿Por qué-

—Shhh —dijo Shizune.

Keiko dejó de hablar, porque Tsunade la miró fijamente.

—Te hicimos un análisis de sangre, para verificar que no estuvieras enferma de algo grave y encontramos... algo bastante particular. —Le entregó la hoja.

Keiko leyó los datos, nombre, altura, peso, complexión, tipo de sangre, hasta que leyó "kekkei genkai: mokuton" y por debajo se leía; elementos a los que es afín: agua y tierra.


¿Cuánto tiempo ha pasado desde que actualice? 

Bueno lo importante es que: ¡VOLVÍ! por otra parte todas las aventuras de Keiko y más están por comenzar 😎

Así que preparen sus bolsas de aire, ¡¡¡las quiero con todo el KOKORO!!! 😘

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⏰ Última actualización: Oct 30, 2017 ⏰

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Silhouette | Neji, NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora