Capítulo No. 11.

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Las vacaciones de invierno desgraciadamente habían concluido, todo había regresado a la normalidad, al igual que nosotros. Los ensayos cada vez eran más duros y pesados pues como decía el manager, "el debut estaba a la vuelta de la esquina", y vaya que aquello nos lo había dicho desde que a penas iniciábamos como aprendices, pero de igual manera, a pesar de las dificultades y las largas horas que pasaba en la sala de práctica, había algo que me lograba mantener aún feliz, y eso algo tenía nombre y apellido, Yoon Sorim para ser más precisos. Desde la última vez que nos vimos, y desde aquel beso, no había dejado de pensar en ella y en lo afortunado que era de tener a una persona como ella a mi lado. Habíamos formalizado nuestra relación, y si, era claro que no nos veíamos constantemente ni podíamos hablarnos por teléfono como el resto de las parejas lo hacían, pero el solo recordarla lograba hacerme feliz. Los chicos ya habían logrado notarlo pues en los ensayos constantemente sonreía como un tonto pensando en ella y en aquel beso que estaba dispuesto a repetir hasta morir, así que habían logrado sacarme información, no fue precisamente a voluntad propia pues prácticamente me habían atado a una silla y obligado a soltar todo. Terminé por decirles que estaba en una relación más sin embargo no revelé quien era pues quizá era violar los derechos de Sorim, así que me lo guardé para mi mismo. Hoseok aseguró que ya se lo esperaba, Jungkook que deseaba sobrinos, Yoongi que después de todo que no era tan inocente como aparentaba pues era el primero en tener novia estando como grupo, Seokjin se limitó a felicitarme al igual que Namjoon y Taehyung me mostró una sonrisa cuadrada y feliz de aprobación, ese chico se había vuelto cercano a mi desde aquel día, después de todo eran meses los que nos hacía uno más grande que el otro, en este caso, yo el más grande y él el más pequeño. Por desgracia, ellos eran los únicos en haberse enterado, fuera del tío Kim claro. No podíamos decirle nada a nuestros padres, nos matarían pues el señor Yoon moriría solo con saber que su pequeña princesa tiene de pareja a alguien como yo, y mi madre moriría con solo saber quien había sido la afortunada. Mamá era bastante incongruente y no le permitiría jamás soltar un insulto o queja acerca de la discapacidad de Sorim, me marcharía de casa si fuese el caso. Al final decidimos dejarlo en secreto, nadie diría nada y pese a que suene bastante difícil, pues yo deseaba gritar a los cuatro vientos que era novio de Yoon Sorim, teníamos que mantener la boca cerrada y cuando se encontrase el mejor momento, decirlo, puedo apostar que ninguno de los dos deseaba que se acercara aquel momento.
Los días pasaron, el frío parecía disminuir poco a poco, pues la primavera estaba por acercarse y con ello, un ambiente donde no tienes que llevar capas y capas de ropa para sobrevivir el frío invierno. Me encontraba en la sala de prácticas, con los chicos, nos encontrábamos practicando una coreografía donde que sea perfecta no era una elección sino una necesidad. Estábamos bastante agotados, y lo único que deseábamos era llegar a casa, ducharnos, comer la deliciosa comida de Seokjin e ir a la cama, pasaban de las nueve y a pesar de que anteriormente habíamos terminado de practicar hasta doce o una de la madrugada, las horas de no dormir se habían acumulado, y con ello, estar aún más cansados. A mitad de la coreografía, el coreógrafo detuvo todo pues le estaban llamando y aparentemente era algo importante como para no ignorar la llamada. Justo cuando lo vi cruzar la puerta de aquel viejo estudio de baile, corrí sin mas a mi mochila para poder sacar mi móvil y hablarle a la única chica que deseaba hablarle, claro, después de mi madre. Noté que tenía varíos mensajes de ella y con toda la emoción de un niño de cinco años al abrir su regalo de navidad, abrí los mensajes.

Yoon Sorim

¿Has comido ya?, espero que si.
9:30 pm.

¿Aún sigues en los ensayos?
9:30 pm.

¿No es muy tarde?
9:31 pm.

De igual manera, se fuerte, te quiero y te extraño.
9:34 pm.

El ultimo mensaje logró que de mi rostro se formara una ligera sonrisa pues después de todo, ella no era tan fría como aparentaba. Se preocupaba constantemente por mi, dónde estaba, qué estaba haciendo, si ya había comido o no, y una serie de gestos que solo lograban sacarme más de una sonrisa. 

I want to see your smile again [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora