O5.- Grito.

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La primavera está en su apogeo máximo, demostrando de manera colorida, que está ahí, presente, tan presente como las caricias que Donghun recibe en su cabello esa mañana.

— Hyung... —Donghun se retuerce, recibiendo un meso en su mejilla que le hace abrir los ojos. Cuando lo ve, ahí, frente a él, es cuando él también se llena de colores, así como la primavera.

— Junhee... Dios, te extrañé tanto... —jadea al abrazarlo con todas sus fuerzas, besándolo en la boca, en las mejillas, en sus ojos. Jun no deja de reír, dulcemente encantado. — No te vuelvas a ir así... sentí que moría.

— Perdóname... —susurra contra sus labios, Donghun acaricia sus cabellos que ahora son algo más oscuros, viéndose aún más hermoso ante sus ojos. — Tuve que irme rápidamente, no pude avisarte... Hyung... Te extrañé tanto...

Y el beso que Junhee le da, le devuelve la vida, el alma, todo. Donghun se siente vivo, otra vez.

— ¿Cómo puede ser posible que no me lo hayas consultado antes? —el Dr.Park Dongwoo, director del hospital alza la voz cuando se da cuenta de la situación. El golpe que da sobre la mesa no es lo suficientemente fuerte como para que el Dr. Kim se asuste, pero sí para que la enfermera Cho salte en su asiento. Los otros médicos de la junta solo observan la situación, sin interrumpor aún.

— El caso está a mí cargo. Solo he venido a comentarlo con usted para saber sus apreciaciones, y encontrar una mejor solución a la vida del paciente.

— Los locos son locos, Kim. Solo aviéntale otra vez la pastillita y verás como todo es más fácil para ti. —uno de los médicos habla sin siquiera titubea. Despreciable. La enfermera Cho ni siquiera gesticula algo, solo aprieta sus dedos en su pulcro vestido, sintiéndose impotente de no poder rebatir absolutamente nada en su situación.

— Antes de ser pacientes, son personas. ¿No se supone que estamos aquí para ayudar y mejorar la vida de estas personas? —habla Kim, y la enfermera se siente un poco más tranquila al saber que aún hay alguien más que piensa igual a ella. — ¿Y qué si la locura no es tan mala? ¿Y si tan solo viven una vida desde una perspectiva diferente? Mientras ellos sean felices, ¿quiénes somos nosotros para apagarles el mundo?

— Estupideces, Kim. Si hubieses querido ser super héroe, hubieses estudiado actuación. —y las carcajadas no se hacen esperar. El Dr. Kim lejos de sentirse ofendido, se siente decepcionado. La enfermera Cho se levanta de su asiento, sintiendo las piernas de gelatina. No se atreve a hablar, sin embargo recuerda la sonrisa de Donghun esa mañana después de desayunar, y el enojo hacia el grupo de profesionales se hace palpable.

— ¿Y ustedes qué saben de sentimientos y emociones? Respeto su posición de doctores, pero creo que yo soy la más apropiada para decir que el paciente ha mejorado en sus habilidades sociales y en el control de sus emociones. Lee Donghun llegó a este hospital sin hablar una palabra. Estuvo semanas sin alimentarse, y la primera vez que me habló fue tres meses después de internarse. Hace dos meses el cambio de habitación se hizo efectivo y el tratamiento del Dr. Kim logró que Donghun mostrara ese lado humano que jamás creí ver en él. —la garganta se le llena de sentimiento, al igual que sus ojos, pero no se detiene, y nadie lo hace tampoco. — Ustedes no saben lo brillante que es su sonrisa por las mañanas. Si se le medica más, volverá a ser lo de antes, volverá a ser un cuerpo sin vida, sin emoción, un robot reseteado. Así que, por favor, se los ruego. Reconsideren su decisión.

Pero todo parecía estar en su contra. Lejos de encontrar una buena solución, el problema aumentó, y ahora el Dr. Kim ya no sería más el psiquiatra de Donghun.

Stay  [DongJun] (FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora