Capítulo 18: I'm not a good boy, Daddy

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No sabía cómo ni cuando, pero ahora el rizado se encontraba bailando con la mayoría de la gente, al menos hasta que un chico castaño de ojos azules tomó su mano y lo llevó a la ahora solitaria piscina.

— Louis...—Murmuró el rizado arrastrando las palabras, pero los labios del mayor lo callaron mientras sus manos viajaban hasta su trasero.— No quiero...

— Sh, ya verás como sí.—La voz de Louis sonaba distinta, más grave de lo habitual.

El ojiverde cerró los ojos mientras el ojiazul le daba bruscamente la vuelta, mañana se arrepentiría de esto.

— L-lou, duele.—Sollozó cuando el chico se enterró en él de una única estocada, y éste llenó su cuello de besos mientras lo embestía.

El dolor fue convirtiéndose en placer con el paso de los minutos, y lo que en un inicio fueron tímidos gemidos por parte del ojiverde, fueron subiendo de tono.

— ¡L-lou, Lou! ¡Sigue, por favor, así!

Sintió una sensación vagamente conocida en su interior, su camisa manchándose de semen mientras que un líquido espeso caía de su entrada.

— Gracias por el polvo, niño. Ese tal Louis es afortunado de tener a una zorra como tú.

Cuando Harry se quedó sólo, se vistió e intentó procesar las palabras del chico que durante aquellos minutos hubiera jurado que era Louis, a pesar de no tener una visión muy nítida por el alcohol.

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Louis no podía creer lo que había visto. Le había extrañado ver a Harry en aquel lugar, le había extrañado verlo beber (había tenido que pagarle al barman para que dejase de darle alcohol), pero ninguna de esas dos cosas le había extrañado tanto como verlo follar con aquel imbécil del que luego se encargaría.

Espera, ¿Harry estaba llorando? ¿Por qué? Se había prometido alejarse de él y evitar que el menor quisiera estar a su lado, pero simplemente no podía verlo llorar. Además, con la borrachera que llevaba encima, mañana no lo recordaría.

Se acercó a él con cautela y se agachó para quedar a su altura, sin saber si debería hablar o no. Su mirada no tardó en encontrarse con unos vidriosos ojos esmeralda.

— Ricitos...—Dudó al hablar, pero en cuánto el menor se aferró a él lo abrazó por fuerza, acariciando su espalda para intentar tranquilizarlo.

— C-creí que eras tú, se parecía a ti y-y pensé que...—El mayor lo calló con un pequeño beso, separándolo para limpiarle las lágrimas con cuidado.

— Se parecía a mí, pero yo nunca te hubiera tratado así.—Esbozó un intento de sonrisa, aunque acabó siendo una sonrisa triste, ya que se sentía culpable por el comportamiento del menor.

— Y-yo quería demostrarte que no soy ningún crío, oí c-cuando se lo dijiste a la chica esa y quería demostrártelo...—Las lágrimas volvieron a lamer las mejillas del rizado, quien miraba al suelo avergonzado.— Lo siento...

— Bebé, soy yo quién lo siente, no debí hacer ni decir eso.—Hizo un amago de incorporarse para cargarlo, pero volvió a agacharse al ver cómo Harry se aferraba a él, mirándolo asustado.

— ¡N-no te vayas! Lou, no te vayas, por favor...

— Sólo quiero llevarte a un lugar con menos gente, Hazz, no quiero que vuelvan a aprovecharse de que estés borracho.—Al recibir un asentimiento, volvió a levantarse y lo cogió en brazos como a una princesa, sonriendo inconscientemente al verlo esconderse en su pecho.

— Siento mucho no gustarte, Lou, yo creí que te gustaba como tú me gustas y me equivoqué, perdón.—Murmuró el ojiverde en un susurro.

El mayor sintió su corazón quebrarse al oírlo, pero viendo que hablaba más dormido que despierto no respondió y lo metió en el interior de su coche. Llamó varias veces a Gemma, pero no contestó.

"Gemma, soy Louis. Harry está muy borracho y esto se está desmadrando mucho (no iba a ser él quién le dijera que su hermano había tenido sexo con un desconocido) así que como no contestas lo llevaré yo a casa. Folla a gusto, xx."

"Mine" | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora