Capítulo 3: Scared, angel?

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Debería subir mañana, pero últimamente estoy muy inspirado y quería daros una pequeña sorpresita para compensar lo que tardo en subir "Sockholm Syndrome".

Le había dicho a su familia que iría a la biblioteca toda la tarde, porque si se enteraban de a dónde iba realmente probablemente lo encerrarían en casa y no lo dejarían respirar ni para ir al baño. Los Styles en general no tenían demasiado aprecio al joven Tomlinson, y es que éste les había dado motivos más que suficientes para ello. Miro su reloj, llegaba con diez minutos de antelación, así que se sentó en un banco que había frente al edificio de apartamentos, dedicándose a mirar la calle, aunque el ambiente no le agradaba demasiado y se sentía bastante incómodo.

Louis sonrió al verlo desde el otro lado de la calle, aún cargando las bolsas de la compra y acelerando el paso para llegar antes junto a él, dejando las bolsas a un lado del rizado y sentándose en el espacio restante.

— Hola ricitos.—Susurró con una sonrisa, mordiéndose el interior de la mejilla con algo de fuerza al notarlo tan incómodo.

— Hola, Louis.—Aunque le sonrió con fingida tranquilidad, el claxon de un coche lo sobresaltó, provocando que ahogase un grito.— P-perdón, me asusté.—Balbuceó enrojeciendo avergonzado.

— No te preocupes, sé que esta no es la mejor zona.—Se levantó encogiéndose de hombros y recogió las bolsas con una sola mano, tendiendo la que dejó expresamente libre para que el rizado la tomase, cosa que este hizo, para sorpresa del mayor.

— Mis padres no me dejan venir por aquí porque dicen que es peligroso.—Susurró el ojiverde, apretando su mano con fuerza.

— Lo es, pero mientras estés conmigo nadie te va a hacer daño, ¿entendido?—No quería soltar la mano del menor, parecía demasiado frágil en ese instante, pero debía abrir la puerta, así que la soltó y abrió la puerta del edificio, tomando casi de inmediato su mano, aunque esta vez Harry se soltó.

"What? No tiene sentido que ahora no me dé la mano. ¿Qué hice mal? Quizás empecé a ser protector muy pronto, maldita sea." Pensaba el mayor mientras subían en el ascensor, notando con sorpresa como el rizado evitaba mirarse en el espejo.

Cuando al fin llegaron a la octava planta, el ojiazul salió en primer lugar del ascensor, vigilando que el rizado hiciera lo mismo, aunque el mayor con una idea ya en mente.

Abrió la puerta, caminando directamente hacia la cocina, donde dejó las bolsas y volvió con Harry, quien se encontraba en una esquina al lado de la puerta, como si estuviera preparado para echar a correr en cualquier momento.

— ¿Dónde están tus padres? —Preguntó en un susurro, apartándose del camino del ojizarco cuando este se acercó a él.

— De viaje. —Respondió Louis mientras cerraba la puerta con llave.

"Tranquilízate, solo ha cerrado la puerta, no va ha hacerte nada." Se dijo a sí mismo el rizado.

— Eh, Hazza...¿empezamos? —La voz del mayor lo sacó de sus pensamientos, y rápidamente asintió, aunque luego lo miró extrañado.

— ¿Cómo me has llamado?—Preguntó mirándolo.

— Hazza. Es para variar y que no te aburras de ricitos, que a ese ya te tengo muy acostumbrado.—Comentó visiblemente divertido por su reacción.

— E-eh... bien. Empecemos.

"Mine" | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora