A Little Gif [2DOC] #1

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«Es un ...»

Sangre.

Unas gotas pequeñas de sangre cayeron en el césped manchándolo y haciendo una mezcla de los colores rojo con verde.

Sebastian quedó atónito. Observando la mano de su hijo agarrando el bisturí y provocando una cortada en su palma.

— Murdoc...— Este se encontraba serio. No parecía sentir dolor.

Los demás solo quedaron sorprendidos al ver aquella escena. De un momento a otro los grandes hombres comenzaron a hacerse polvo oscuro y desaparecieron.

Las nubes grisáceas habían parado con la lluvia sin embargo aún se sentía humedad y un calor bochornoso de el infierno.

— ¿Sabes algo papá?– Hablo Murdoc, su tono era sereno.– Toda mi vida me haz tratado como una mera basura, a mí y a mi hermano simplemente te hemos servido de estorbo ¿no?. Pero gracias a tu estupido carácter de mierda eh podido seguir adelante y eh sido en muchos aspectos mejor que tú.—

Sebastian no respondió, miro con el ceño fruncido a su hijo.

— Ni siquiera puedo decirte Papá porqué en realidad no haz servido con ese rol en mi.– Murdoc levantó el rostro mostrando unas lágrimas encerradas en sus ojos. Sebastian no se inmutó ante eso.– Jamás recibí un abrazo, una caricia en mi cabeza ni siquiera un maldito regaño cuando me escapaba de la casa.—

Noodle bajo la mirada da tratando de no romper en llanto por las palabras tan tristes de Murdoc. En verdad Murdoc había guardado todo esa triste y enojo dentro de él, ahora entendía un poco el porque de su actitud tan arrogante y mala.

— ¿Crees que siquiera eso me importa?– Sebatian hablo por fin.– Tu madre era una prostituta que a pesar de eso quiso cuidarte pero murió el día en que naciste, no te dejo en mi puerta ella, te dejaron ahí los doctores que no podían mantenerte en ese estupido hospital. Yo nunca quise cuidarte estorbo, ni a ti ni a tu hermano. La única que te amo fue esa estupida mujer— Y antes de que siguiera Murdoc le dio un puñetazo haciéndole caer.

Sebastian cayó de rodillas al piso y observó a Murdoc.
Las lágrimas habían escapado pero su mirada reflejaba odio puro.

— ¡Lárgate! ¡Desaparece de la ciudad, desaparece de el país, desaparece de mi vida!— El grito de Murdoc hizo retumbe en el cementerio. Sebastian le miro aún con el ceño fruncido y dejando que una risa saliera de su rostro.

Saco de su fino elegante un pequeño artefacto, lo colocó en piso y este empezó a lanzar una luz brillante roja.

— Esa cosa que saldrá de él será un monstruo, lo quiero para mí, te lo quite pronto...—

— ¡Váyase al diablo viejo saco de huesos narizon!— Grito Damon.

Y el artefacto saco humo espeso y grisáceo que cubrió toda la zona. Cuando logró que se despejará Sebastian se había ido y no había rastro de él.

Murdoc suspiro amargamente mientras que volteaba a ver a Stu que seguía "dormido". Sonrío y acaricia su mejilla con suavidad.
Pero entonces noto algo, su respiración era casi nula. No estaba respirando bien.