Cap 3: El calambre de la rebelión

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Me despierto emocionado. Ayer pasaron cosas importantes. Lo que para una persona podría haber sido una persona acosadora y una pesadilla para mí significa el comienzo de algo increíble. No una chispa, donde surge en ti y se lo contagias a los demás. Me lo ha pasado otra persona, si eso era una persona, no sé si conscientemente, pero es más como un calambre. He decidido llamarlo El calambre de la Rebelión.

Volvamos a la cama. Ésta vez cuando 46 llega estoy despierto. No ha podido ni mandarme levantarme cuando ya estoy ante él, peinado, vestido y preparado para lo que haga falta. Por esa falta de respeto me da una bofetada. Ni lo siento. Estoy de bien humor. Me acompaña por los pasillos y ni siquiera en mi mente me quejo. Estoy absorto en mí mismo. Y eso que la bofetada sigue doliendo.

Llego al laboratorio, y está allí 30. Lo único que me puede decir es:

-Por ésta vez te has librado, enano.

Al salir me da una colleja. Era menos de lo que me esperaba, así que se me suben los humos. En seguida me los bajo al ver que los numerados empiezan a mirarme (y llamarme) raro. Si ellos se vieran.

Empiezo a trabajar. Sigo siendo un dios en el sistema, pero echo de menos el intruso. La antes apasionada tarea se me vuelve monótona, y acabo un poco antes de lo habitual. De repente todo es fácil. 52, que casualmente andaba por ahí, no duda en decirme:

-¡Eh, tú, zoquete!-creo que un numerado nunca me ha llamado por mi nombre, aunque lo conocen de sobra-¡Deja de holgazanear y vuelve al trabajo!

-Ya he terminado, señor-le respondo.

-¡A mí no me engañas, pedazo de vago!-me riñe-¡Vuelve a conectarte YA!

Al ver que no me queda otra opción, me conecto al ordenador. Ahora que he acabado el trabajo, tengo tiempo libre, cosa que no había sucedido antes, y entonces empiezo a buscar por ese espacio de infinitas dimensiones formado por unos y ceros. Al final encuentro el sitio que estaba buscando, y de no saber que estaba allí ni yo habría encontrado la carpeta, y tras dinamitarla diez minutos seguidos con todo tipo de variables, reviento el escondite. Tengo varios de esos preparados por si pasa algo en todo el servidor, y no han encontrado ninguno. Y pobre de mí si lo hicieran.

Sin embargo, llego sin más inconveniente a la razón por la que he estado hasta soñando las últimas 24 horas. Frente a mí se presenta el archivo , y allí siento que merece la pena saltarse las normas y jugarme el cuello para encontrar eso. Ante mí se muestra un simple mensaje:

-¿Te la jugaste al final?

Sonrío en mi mente al leer eso, y ante mí se ve el tan esperado título. Siento que ya soy parte del calambre de la Rebelión. Hay un archivo MP4. Lo abro.

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