Siento correr par de lágrimas por mis mejillas. Los aplausos eufóricos de los invitados resuenan en toda la capilla. Intento limpiarme sin dañar mi maquillaje, mientras Sebastián me abraza por los hombros y me da un beso en la cabeza. Los novios al separarse el fotógrafo los retrata y les hace diferentes poses con familiares, amigos.
Al salir de la capilla la abrace fuerte y le desee lo mejor para su nueva vida. Se le salió una que otra lagrima, limpie sus ojos para que no se le regara el maquillaje.
—Gracias Camila —murmura.
—No hay de que, para eso estamos —respondo. Carlos se acerca y le doy un abrazo y lo felicito.
—Recuerda, si veo a mi amiga llorar, te las veras conmigo así que cuidadito —le hago un gesto con mi dedo índice.
—Lo tendré en cuenta —dice.
Rocío se acerca para abrazar a Carlos por el costado, mientras en su rostro tiene una sonrisa que le llega a las orejas. Siento las manos de Sebastián en mi cintura, le estrecha la mano a Carlos y lo felicita.
—Felicidades hombre, que sean muy felices.
—Gracias, espero que pronto sientes cabeza... —interrumpo.
—Rocío por favor—hago una pausa—. Vamos a la recepción —pido.
Agarro la mano de Sebastián para llevarlo hasta el área de recepción donde esperan a los novios para celebrar su unión. Al entrar hay muchas personas sentadas esperando a los novios que entren para comenzar la fiesta. Nos sentamos en nuestra mesa reservada. El maestro de ceremonia hace la presentación para hacer el brindis por los novios.
—Te confieso que durante la ceremonia no pude evitar pensar en ti vestida de novia —murmura en mi oído.
Mi corazón comienza a galopar fuerte, mientras siento mis mejillas arder por su momento de sinceridad. Siento sus labios en mi mejilla para darme un beso tronado, lo que provoca es que en mi rostro aparezca una sonrisa involuntaria. Será que ha pensado en tener algo formar. Quizás lo lleve pensando desde hace tiempo.
«Ni lo sueñes Camila. Ya conoces a Sebastián —gracias consciencia»
Me volteo un poco para mirarlo y darle un casto beso en sus labios carnosos, mientras acaricio su mejilla. El mesero nos coloca dos copas de champán para poder brindar. Escucho par de palabras del mejor amigo de Carlos que le dedica a los recién casados. Al finalizar estalla la recepción en aplausos para los novios. Me bebo de un trago toda la copa.
—Cuidado y te emborrachas —me dice Sebastián cerca del oído.
—Tú me cuidas para eso eres mi novio. Quiero disfrutar la fiesta —confieso.
A coro comienzan a decir "beso" para los recién casados, mientras comienza una música muy suave. Miro hacia mi amiga para poder ver como abren la pista de baile, con una balada muy romántica.
Poco a poco la pista se va llenando y cambiando de parejas los novios. Si tan solo Sebastián me invitará a bailar. Comienzo a mover mis pies junto con mis hombros, mientras bebo un poco de champan.
—¿Quieres bailar? —pregunta.
—Sí.
Se levanta y extiende su mano para ayudarme a levantar. Me lleva hasta la pista de baile. Posa su mano en la cintura, mientras coloco mis manos en sus hombros. Comienza a moverse para poder seguirle el ritmo de la canción. Levanto la vista y me percato que me está mirando. Aprovecha y me guiña con su ojo derecho.
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Rendido a tus pies
Novela Juvenil¡Detente! Si uno haz leído "Jugar con Fuego", ni "Rendirte Jamás" no debes leer esta historia, no la podrás entender ya que es una continuación de ambas historias. Sinopsis Estar entre la vida y la muerte, te permite ver la vida de manera distinta...