Ella Tiene Bolas //Ziam//

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 ―No olvides acomodarlo, dulce corazón.— El Agente Jennings palmeó el hombro de Zayn Malik.—Dios, amo la carne fresca de los novatos.

Zayn trató de sonreír muy maduramente, pero realmente quería asaltar el sector de la oficina y quebrar cosas.

—¿De qué te quejas? Tu primer operativo y ya conseguiste ir de encubierto en una farsa con la policía local,— Mathis gritó detrás de Zayn, sin siquiera tratar de cubrir su floreciente risa.

—Mueve tus caderas, Malik. Saca tu pecho,— Jennings instruyó.

Voy a jodidamente aniquilar este caso, Zayn pensó. No había manera de que él pudiera ser humillado en su primera gran misión al vestirse de mujer. El detective asignado con él debería de tomar ese honor. Sonrió con fuerte determinación.

Tomando el expediente tan fuerte que sus nudillos estaban blancos, salió de la oficina hacia el área pública para dirigirse al salón de conferencias donde su nueva pareja lo esperaba. Caminaba dándole a cada uno desafiantes miradas mortales.

—Eres el chico grande ahora, ¿no es así, Malik?— uno de ellos se burló mientras él pasaba. —¿O eres una chica grande? —

– No vayas a dejar tus pantimedias en una rama,— otro de los compañeros de trabajo de Zayn dijo sarcásticamente. —Esas grandes pantimedias de chica pueden ligarte.

Para cuando llegó a la sala de conferencias, sentía sus hombros tensos. Dios, qué pesadilla. Zayn se enderezó con una profunda respiración y apartó un mechón de su castaño cabello que cubría su ojo.

Él casi bufa. Aún no conocía al detective Liam Payne, pero él iba a tomar su turno. El detective Payne sería quien usara el vestido durante el operativo, y Zayn le haría creer que era un honor hacerlo. Con su nuevo plan firmemente decidido, entró al salón de conferencias para decirle a Payne cómo serían las cosas.

—Aw, ¡mierda!— Planes destruidos, incendiándose en una oleada de combustión instantánea. ¿Eso? ¿Eso era el detective Liam Payne? ¿Un hombre cuyo nombre inspiraba visiones de enorme manzana de Adán, rodillas huesudas y trajes de marinero? —¡Maldición! Eres un jodido toro.

Anchos hombros, cabello castaño y un apretado trasero que giró lentamente con una actitud de ser molestado. Ojos verdes se centraron en Zayn con la intensidad de un láser levantando sus oscuras cejas con arrogancia. Llenos y cincelados labios se movían hacia arriba en un lado. En conjunto, él lo veía esperando pacientemente el examen de Zayn, tomando su inicial declaración de golpe.

No hay manera en la verde tierra de los dioses que un hombre con esos hombros y el ancho de la circunferencia de los brazos de Liam Payne pudiera usar vestido. Su ancho pecho se estrechaba en unas delgadas caderas y largas piernas, con cien o ciento diez kilos del físico de un jugador de fútbol americano, se tragaba el metro ochenta de Zayn fácil por quince centímetros.

—¿Cómo diablos vas a hacer para descubrir algo sin ser visto? — Zayn preguntó en voz alta. Rodeó al detective, sacudiendo la cabeza. —Vas a ser una mujer muy fea.

Payne cruzó sus brazos por su pecho, viéndose inmutable mientras su sonrisa desaparecía. La diversión seguía brillando en sus ojos miel, y la piel oliva de herencia totalmente italiana, se completaba con unos altos pómulos, una mandíbula cuadrada y lo que parecía ser una permanente sombra de barba de las cinco de la tarde. Una pálida cicatriz a un lado de su labio inferior bajaba hacia el mentón y se detenía justo en el apenas notable hoyuelo. Zayn debería de ser un idiota para obligarlo a usar vestido.