Flechado por Rachel

CAPITULO 11

–Estas bien– habla David–Rachel, cariño mírame

Estoy atónita. Si definitivamente se me fue el hambre y de paso darle un par de tortazos a este infeliz no esta mal. No nada mal.

El me tiene cojida las manos. Asi que me un movimiento me suelto de las suyas.

–No me toques, sabes que el almuerzo te aproveche.

Me levanto de la mesa y corro la silla, las personas que están cerca de nosotros voltean a vernos, pero me importa un pepino lo que digan,

David tiene a alguien embarazada, y el muy canalla esta aquí conmigo, acortejándome, si palabra muy pasada de onda pero queeeee...

Estoy por abrir la puerta del restaurant cuando una mano me detiene.

–Juro que si no me sueltas, el espectáculo que dare será tan borchonoso que tu no querras sacar tu linda cara de una funda de papel.

–las cosas no son como tu lo piensas rachel, además, tu serias mi compañera de vergüenza por que desde luego tu tampoco querras sacar tu cara.

Cierto, pero es que cuando me enfado hago, digo y cometo endiabladas.

Muy maduro para la personalidad que tengo.

–Vamos, hablemos en el auto.

–yo no pienso, hablar contigo, ni aquí, ni ahora, ni en la china o reconchinchina.

–está bien, si no quieres a las buenas, no me dejas mas que a las malas.

No entiendo a que diablos se refiere, cuando se medio agacha y me agarra de las piernas y me coloca sobre su hombro.

Por la fruta madreeee...

–tienes 1 segundo, para que me bajes o te juro que ese hijo será el único que puedas tener en tu maldita vida.

–no hay necesidad de tanta aberración hacia mi–

La poca gente que nos vio, solo se rien.

Han de pensar que estamos en modo de juego.

Y la verdad es que sí, estoy a punto de jugar con las pelotas de David, y no es exactamente de la manera que El quisiera que fuera.

Suena la alarma del coche, abre la puerta pero cuando estoy bien ubicada con la intención de salir le pone seguro a la puerta, maldita mi suerte.

Conste el mismo ha buscado su lugar de muerte. Abre la puerta del piloto y la cierra con seguro guarda las llave en el bolsillo delantero.

–Ese hijo no es mio– el mira hacia el frente su rostro es serio

Jesucristo y de remate lo niega.

–Puedes ir dando otra excusa, porque sinceramente esa es la más usada en estos tiempos. – digo de manera mas calmada, si tal vez escucho su mentira me deje ir.

Al oir eso, me mira, gira su cuerpo con la intención de que este quede recargado en la puerta para asi quedar frente a mi. Pero aun asi no me mira sino un punto fijo en la puerta.

(Narra David)

Cuan cansado me siento, ya no se el momento de salir de vacaciones e irme junto a Belén a algún lugar paradisíaco, tanto me he ocupado en mis tareas estas dos semanas que me he desentendido de ella, pero en ese viaje le retribuiré todo el tiempo que no he podido darle.

Ella es lo que todo hombre quisiera tener, y soy un suertudo de tenerla conmigo. O al menos eso pensaba yo.

Manejando hacia su departamento voy pensando en los buenos momentos que hemos compartido. Cuando llego estaciono el carro y ágil y felizmente bajo de él, junto con la caja de cupcakes que le gusta. Me dirijo hacia el ascensor, cuando este para en su piso cojo las copias de llave que ella me dio y de la manera más silenciosa entro el departamento, quiero sorprenderla. ¿Quién rayos pensaría que el sorprendido seria yo?

Así que a paso silencioso voy hacia su cuarto, puesto que no estaba en la cocina, asumo de que seguro está leyendo. A medidas que me acerco escucho ruido, la puerta esta abierta y eso me permite observar la cruda y cruel realidad.

Mi mejor amigo, mi compañero desde que entre en aquella universidad, se encontraba allí con ella, seguían liados de lo más felices, cuando la caja que tenía en mis manos cae, aun si no se inmutan, están tan concentrados en si.

Doy media vuelta ellos, no me han visto pero por Dios que yo si los vi, tal como entre salgo. No quiero ascensor me ire por las escaleras quizás...

¿Quizás asi, que?

Que me parta un rayo, como que ahora mismo.

Hice lo que estuvo de más en hacerla feliz, y aunque estas dos semanas me ausente un poco, no es motivo para que ella me haga algo de esta magnitud.

Llamarla y mensajearla, decirle buenos días y buenas noches.

Comprarle sus malditos cupcakes, para esto. Me emputa, me emputa demasiado la situación, pero aunque esto se halla dado así, debo pensar antes de que le parta la cara a mi "amigo".

En la noche recibo un mensaje de belen preguntándome si deseo acompañarla a cenar, por mi puede literalmente (o quizás no) morirse de hambre.

He evitado estos días hasta donde más lo he logrado no verla, no hablarle, quiero ver hasta dónde llega si cinismo. Cuánto tiempo más me habrán visto la cara.

–Hey hermano, a donde vas – Charlie mi "amigo" es el que me habla, vaya mierda.

–Tengo que encargarme de un asunto de mi padre, lo siento hablamos luego.

–vale, pero te noto no se... diferente. –me contesta el

–estoy estresado– y cabreado de que sea tu chiste, imbécil, maldición estoy que cuento internamente para no estamparlo contra la pared y molerlo a golpe.

–lo bueno de esto es que ya faltan pocos días y somos libres. – me dice

–aja–

Me dirijo al auto, hable con papá y me ire a donde se encuentran ellos, mis notas y demás tramites serán enviados a la nueva universidad una vez yo decida, a cual asistiré.

No los enfrentare, los dejare libre.

Ella no vale la pena, el muy por consiguiente. ¿Para qué gastar saliva y amargarme más de lo que ya estoy por ellos?

Aun así, no me esperaba tremenda sorpresa.

Estoy aqui, ya llegue. Ok no :V

Aqui dos capitulos de FPR... cualquier falta horrografica o algo dejenmen su critica por interno, y si esta muy mala la novela y no les gusta... igual.

Del infinito y mas alla, besos mis pequeños diamonds <3