Un no tan dulce Nathaniel

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"Mi coronel", "Lo amo, mi coronel", "Sin usted no soy nada" palabras tan vacías como los cerebros de quienes lo dicen.Es la manera de pensar del joven de 25 años Nathaniel De la Fontaine , el coronel ascendido más joven del reino. Bueno, estando en la etapa de la vida loca es una forma de pensar muy dura ¿no?.

Pero para un joven considerado desde niño como prodigio y viniendo de un hogar con educación estricta no es nada. Se dirigía muy temprano al castillo a comunicar a su buen amigo el rey el avance de las tropas  del sur y la cancelación de la oferta de matrimonio ofrecida por un rey vecino. Al llegar saludó al rey con el choque de manos habitual y lo notó perdido:

         -Tan distraído por la mañana- rió el coronel

         -Nathaniel , buen amigo, por favor ve y busca a una mujer, las características te las daré                    después- dijo muy serio

         -Aunque pensándolo bien enviaré a otro siervo mejor - murmuró un dudoso rey

         -Tranquilo no se va a enamorar de mi- sonrió juguetonamente el coronel

El rey mostró  una mueca de disgusto.

"Natha" , como le suele llamar el rey,  supo que no estaban jugando 

               -Entonceees.... te dejo los informes y me retiró temprano

               -Deja de juguetear Nathaniel...

Un siervo interrumpió diciendo : Mi rey el informe entregado por Sir Nathaniel esta terminado y con muy buenas propuestas para la próxima campaña.

Nathaniel completó la frase dicha por el rey

              -Deja de juguetear con el harén , ¿ verdad?.Que yo sepa soy libre de hacerlo

 El rey notó el disgusto de su amigo y para despedirse brevemente le dijo:

               -No te molestes Natha, ve tranquilo. Siempre estas con tus ideas descabelladas y                                   liberales- comentó el rey

Un simple "Nos Vemos" fue la respuesta del coronel.

Un nuevo siervo preguntó con curiosidad por qué no había mandado al coronel a buscar a esa dulce doncella que lo había cautivado.

El rey de forma seca y cortante dijo:

              -Silencio, si no quieres morir en la horca 

El pequeño siervo se calló.




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