Cap. 17

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Pareciera ayer cuando golpeaste a uno de tus amiguitos.
Tuve que tomarte de la mano, llevarte a casa y darte un regaño esperando que a la larga, contribuyera a tu educación.

Pareciera ayer cuando frunciste el ceño, cruzaste tus brazos y te diste vuelta dándome la espalda.
No dije nada, sólo te dejé y me fuí a pescar.

Cuando regresé, pude observar que estabas arrepentido cuando me miraste como suplicando perdón y yo sólo pude extender mis manos invitándote a abrazarme.

Pareciera AyerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora