Cap. 30

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Pareciera ayer cuando al volver a casa ví a tu madre con otro hombre.

Sabía de su terrible angustia por ti. Yo también la sentía, pero eso no le daba derecho a engañarme.

Sentí que la sangre me hervía, creía que no me controlaría, pero al final preferí callar y esperar.

Preferí que fuera ella misma quien me confesara tu terrible pecado.

Pareciera AyerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora