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Las clases de Ballet eran agotadoras.

La interpretación del lago de los cisnes era una de sus prácticas favoritas.

Querer hacer lo que te gusta y ser muy buena en ello era una gran recompensa para Mery, quien practicaba hasta que sus pies le dijeran basta y su cuerpo se rindiera ante el dolor.

Los pasillos ya estaban oscuros, al final de este se encontraba una silueta que se apoyaba ante la pared.

-- bailas hermoso!! -- Jungkook había estado observando la práctica de su novia. -- brillas mucho -- un sonoro besó en las mejillas de Mery hizo que está sonriera.

-- vamos!! -- ambos atravesaron la puerta y salieron.

El camino estuvo lleno de momentos felices y alegres. Tomados de la mano, a ellos el mundo les pertenecía.

Un amor perfecto, de en sueños. 

-- bueno me Voy, te cuidas!! -- como ya era costumbre Jungkook la dejo antes ee llegar a la casa de la joven.

Era una situación repitente pero que él amaba  hacer día tras día.

Esa mujer lo tenía loco.

Ella agitó su mano y entró a su hogar.

La madre de Mery, Susan, la esperaba con la mirada de odio, y sus brasos en jarra. Odiaba que su hija saliera con ese vago, Jungkook era una piedra en sus zapatos que pensaba quitar. Su hija merecía algo mejor.

-- Hola mamá

-- Hola... que te dije...

-- ayyy!!  Mamá, no empieces de nuevo, no repitas tu mismo discurso. -- sus zapatillas volaron y se fue a la cocina y su madre fue tras ella.

-- hija es por tu bien!! Tu estas para algo más!!  Eres mi princesa, mi niñita y sólo quiero lo mejor para ti... créeme cuando te digo que no llegarás a ningún lado con ese vago!!

-- su nombre es Jungkook, no es un vago!!

-- y Que!!  Es bueno estudiando?? Pertenece a una familia de clase social alta?? Hija el no te conviene!! Tu tienes que tener algo mejor!! -- los reclamos de su madre dañaban sus oídos.

Quería que su padre atravesara la puerta y callara a su madre, pero eso no sucedería, el llegaría tarde.

[...]

Las semanas habían pasado, el 22 de septiembre llegaba y con ello la celebración de los 2 años de noviazgo.

Jungkook estaba muy emocionado, había deseado por meses que  esta fecha llegará.

-- Joder!! En serio le compraras eso!! -- señaló el pequeño cristal que cubría unas zapatillas de Ballet de un rosa bebé -- eso cuesta más de lo que tu ganas!!

-- Mark, estuve ahorrando por meses, pero aún me falta solo un poco. Pero tendré el dinero suficiente para ese regalo.

La cara de Mark era de disconformidad, Jungkook hacía de todo por ella y no se preocupaba de él.

Él era un asunto de lado que vivía por ella. Era algo enfermizo.

Ambos siguieron caminando por el centro comercial. No compraban si no que veían. No podían darse un lujo como aquello.

Jungkook trabajo haciendo horas extras en sus trabajos, con eso logró juntar la cantidad necesaria para comprar aquellas bellas zapatillas.

Aún faltaba para el 22 de septiembre. Él sonreía como un niño enamorado.

[...]

-- mamá no quiero !! -- la voz importante de Mery era contundente, no quería estar en casa.

-- No me importa si quieres o no, es por tu padre... Él nos necesita. !! -- y esas fueron palabras suficientes para que Mery se pusiera el vestido rojo que le había comprado su madre.

Una cena de negocios con el jefe de su padre se llevaría a cabo en la casa de la joven.

Ah regaña dientes se puso el vestido. Esta sería una cena aburrida.

Su madre se encontraba cocinando, era un día muy importante.

El timbre suena, una, dos, tres y cuatro veces.
Un hermoso auto se encontraba estacionado a fuera.

Al abrir la puerta  una mujer, exuberantemente hermosa vestía un vestido de color coral, y dos hombres de traje.

-- ohhh!!  Ya llegaron, por favor pasen, pasen, sean Bienvenidos a nuestra humilde morada. -- su madre sonreía y hacia constantes reverencias.

-- Gracias !! Me da gusto haber venido !! -- contestó el mayor.

Esta era la cena que su madre tanto había estado esperando, era una oportunidad única que no podía desaprovechar.

Lían, el hijo de Erik, el jefe de su padre era heredero directo a las empresas de su padre. Era el candidato perfecto que su madre estába esperando. Ya era hora de que su hija volviera a la tierra y dejará de soñar con cuentos patéticos donde el dinero no importa, y lo único verdadero era el amor.

La cena transcurrió tranquila, Lían no dejaba de mirar a Mery quien se encogiá ante la mirada del muchacho. No era ciega y debía admitir que Lían  era guapo, muy guapo y eso la molesto, él no debía ser guapo, el único guapo para ella era Jungkook.

La velada transcurrió con tranquilidad.

-- Lían a que te dedicas?? -- el repentino interés de su madre hacia el joven  a alarmó  a su hija -- digo eres joven, de seguro debes estar estudiando!! -- él con sumo cuidado llevo la servilleta a sus labios y se limpio para poder hablar.

-- volví del extranjero, estaba estudiando contabilidad. Y e decidido estudiar aquí -- él tenía esos modales de niño rico que siempre suelen tener los de su clase, el tenía algo que Jungkook No! Según su madre educación, según ella libertad.-- este año permaneceré en Corea -- esto lo dijo mirando con una mirada penetrante y una sonrisa ganadora a Mery quien se encogia de hombros nuevamente de la vergüenza.

La madre vio como Lían la veía, esta era la situación perfecta para ella. Era ahora o nunca.

Su hija merecía un una vida que ella no tuvo. Ella debía ser alguien importante y no una más de la sociedad.

Su mente comenzó a trabajar en una situación que comprometiera a su hija con el ricachón.
Una vida mejor era lo que ellos se merecían. Y todo servido en bandeja de plata.

La malversación de los pensamientos codiciosos y ambiciosos de su madre eran muy grandes, una vida llena de lujos, una vida llena de gente que haga lo que tu quieras.

Ser ella la que imponga el poder y de las ordebes, una mujer con el poder suficiente como para doblegar a cualquiera.

No tendría limitaciones a nada.

Un perverso plan para que su hija pusiera los ojos en el pez gordo que merodeaba a su alrededor. Y dejar a la pequeña trucha.

-- que tal si Mery te enseña Corea??  A cambiado mucho durante este tiempo -- sus palabras fueron como un balde de agua fría con cubos enormes de hilo para su hija quien la miraba con sorpresa.

-- me encantaría -- Lían había aceptado. Ella quería desaparecer en ese momento. Pero No, había que cumplir. Sonrio y se mostró complacida con la idea.

Un cuento que no tendrá un final feliz.

La Hija Del Presidente(pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora