Una dosis de metanfetaminas.

6.3K 317 48
                                    

el frio golpeaba el pálido rostro de ____(tn) mientras esta seguía sentanda en el humedo pastizal silvestre con los enormes pinos de fondo.

- te resfriaras si sigues aqui- su cabeza giro encontrándose con House caminado hacia ella.

- no debiste venir es un camino complicado- la castaña se quedo mirando el camino plagado de rocas y desniveles de tierra.

- tampoco podía dejar que me dieras más trabajo atendiendote también a ti- una chaqueta fue puesta sobre sus hombros -vámonos se hara de noche muy pronto.

- dame un beso- la chica se puso de pie frente al doctor - y tal vez piense irme a casa

el diagnosta elevó las cejas hacia la ojiverde y se acercó un paso más que le faltaba para estar cara a cara con la joven- eso es soborno- tomó su cintura- pero es de los buenos- sonrió antes de chocar sus labios contra los de ella lento como a su chica le gustaba, aferro las manos aun más y las bajo hasta las caderas de la joven que no perdió tiempo y undio sus dedos en el alborotado cabello del ojiazul tirando de el. - detente o te tomaré aquí y ahora si que nos resfriaremos.

la chica se separo con una ligera risa -entonces vamos a tu departamento- susurro sobre el cuello del nefrologo.

- lo que ordenes- un beso fue depositado en su frente y se sintió tan húmedo, caliente y real que fue ahí que se dio cuenta que estaba de nuevo en una alucinación.

sus ojos cansados apenas pudieron abrirse y dejar pasar la brillante luz, no era capaz de percibir muchos sonidos todo parecía estar hueco, el dolor se extendía por todo su cuerpo y sus pulmones no podían tomar suficiente aire.

-lo siento- apenas logró escuchar a lo lejos una voz que podía jurar pertenecía a su amigo Wilson pero que ahora sólo parecian sonidos inconexos.

- lo se, ¿cuanto?- su corazón se estujo al poder entender aquella rasposa voz que tantas veces le encantó.

-no pasará de hoy- no se escucho nada más y ella sabía a lo que se referían, también sentía muy dentro de su ser que hoy sería su último día como alguien existente en este mundo.

sintió lágrimas resbalarse por sus ojos amoratados y al mismo tiempo un líquido caliente y con sabor ferroso comenzó a subir por su garganta, como acto reflejó y con mucho dolor quedó sentada en la camilla blanca y la sangre comenzó a salir en borbotones por su boca y nariz.

- Hey, hey- una mano se posó en su espalda y un contenedor de metal fue colocado bajo su barbilla evitando que manchara los tendidos y a ella misma del líquido carmesí.

segundos sólo fueron segundos en los que una cantidad considerable del líquido vital fue arrojado automáticamente por su cuerpo.

-ya está- House limpio su nariz y la ayudo a recostarse de nuevo - le diré a Foreman que te ponga otra transfusión.

-no- fue como un susurro casi inaudible y quebrado -ya estoy cansada Greg- su mano pálida y delgada fue colocada sobre la enorme mano del dianosta - recuestate conmigo- el médico sintió un nudo en su garganta y asintió casi por inercia, se acomodó de tal modo que acusaba el frágil e irreconocible cuerpo de la ojiverde entre sus brazos.

- no te rindas Brooks- un beso fue depositado en a frente - aun tienes que enseñarme que el mundo no es tan sarcástico- y adivienen lo dijo con sarcasmo.

una leve risa quejona salió de los labios de la chica -eso tu ya lo sabes- se acurruco en medio del cuello del hombre a su lado.

- siento mucho dolor, yo soy quien debe estar en tu lugar- la apretó delicadamente contra su pecho.

Oneshots Dr HouseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora